(El Mundo, diciembre 15 de 2016)
La semana pasada el parlamento de Corea del Sur destituyó a la
presidenta Park Geun-hye de su cargo por delitos de corrupción. Este
desafortunado hecho no debe opacar la extraordinaria trayectoria de este
país y las muchas lecciones que tiene para el mundo.
Los latinoamericanos estamos acostumbrados a mirar hacia los
Estados Unidos como país ejemplo. Comparamos a nuestras instituciones,
infraestructura, y empresas con las norteamericanas. Pero ahora con la
llegada del señor Trump a la presidencia de ese país las cosas van a
cambiar, las instituciones que conocemos pueden ser destruidas y por
esto necesitamos nuevos referentes. Especialmente aquellos países que
conserven un modelo económico orientado hacia los mercados.
Si miramos hacia Europa, están Alemania, Inglaterra y Francia. Si
miramos hacia Escandinavia estarían Noruega, Suecia y Finlandia. Si
miramos hacia Oceanía estaría Australia. Y finalmente si miramos hacía
el Asia estaría Corea del Sur.
En la década de los cincuentas Corea del Sur salió de una guerra
que lo dejó en la ruina. Hoy es el país número 17 en desarrollo humano
del mundo, con una expectativa de vida de 82 años, una escolaridad
promedio de 12 años y un ingreso per capita de 34 mil dólares.
El sistema de salud de este país es uno de los más avanzados del
mundo. Tiene cobertura universal, con un gasto total que alcanza apenas
el 7.2% del PIB (lo mismo que Colombia). El sistema de información en
salud de este país es altamente sofisticado. Esta desarrollado para:
detectar epidemias de manera temprana; detectar fraude; evitar el uso
potencialmente dañino de medicamentos; y, calificar y remunerar o
castigar a los prestadores de salud de acuerdo a la calidad de sus
servicios.
La infraestructura de comunicaciones y de transporte masivo del
país es simplemente impresionante. En educación, también son lideres.
Por ejemplo, en las pruebas Pisa 2015 Corea del Sur es el país numero 11
del mundo es ciencias, el numero 7 en lectura y el número 7 en
matemáticas.
Los países orientales tienen mucho que enseñarnos, y lo más
irónico de todo es que además tienen toda la disposición para hacerlo.
El problema es de nuestra cultura americanizada y de una dirigencia que
no se fija más allá de las narices o del vecindario. Mucho ganaríamos si
sobrepasamos los limites culturales y geográficos y nos acercamos más a
los ejemplos que llegan desde el lejano oriente.
Este blog reune mis artículos de opinión publicados en diarios colombianos y otras ideas no publicadas en medios escritos
viernes, 16 de diciembre de 2016
jueves, 1 de diciembre de 2016
Igualdad para el hombre
(El Mundo, Diciembre 1 de 2016)
La
semana pasada se celebró el día internacional del hombre. Con mucha certeza me
atrevería a decir que ningún hombre recibió un pequeño detalle. En épocas en que tanto hablamos de la
igualdad de genero, creo que nos estamos quedando con solo una parte de la
historia.
Según
el estereotipo latinoamericano (e incluso internacional) los hombres siguen
siendo los cazadores de épocas ancestrales. Son formados para ser proveedores y
el éxito de sus vidas se mide por la cantidad de provisiones que consigan. Es
otra tradición de la época de las cavernas que la sociedad contemporánea no
supera. No es descabellado decir que la proliferación de hogares destruidos y
de hijos no deseados que explica tantos males del mundo actual, esta en buena
parte asociado a este estereotipo inculcado desde la cuna.
La
lucha de las mujeres por la igualdad de genero ha mostrado qué en un buen número
de situaciones la balanza se inclina claramente a favor de los hombres, especialmente
en temas del mercado laboral, o de uso de violencia física y psicológica. Bienvenidos
esos datos, y toda medida para corregirlos.
Pero
también hay situaciones donde la balanza podría estar inclinada en contra de
los hombres, y esta también debería ser una preocupación de la sociedad.
Algunos ejemplos: la mayoría de las muertes por violencia interpersonal son de
hombres; en Colombia hay 4 suicidios masculinos por 1 femenino según Medicina
Legal; y son mas los hombres habitantes de calle que las mujeres.
No se
trata de contraponer las problemáticas de un genero como culpabilidad del otro
genero, es decir, los males de los hombres como culpa de las mujeres, o
viceversa. En esto coincido. De hecho es precisamente eso lo que debe evitarse,
porque la igualdad de genero no puede convertirse en la lucha de genero.
Pero
regresando a la motivación de esta columna, hay problemas sociales y conductas
sociales que claramente están sobrecargadas en un genero o en otro, y en cada
caso debería darse igual importancia en la discusión de política publica como
un tema de genero.
Hace falta un movimiento “masculinista” que ayude a visualizar los problemas del genero masculino, a documentarlos y a exigir medidas de política pública de la misma manera que hoy se hace con los del genero femenino. Eso es verdadera igualdad de genero.
martes, 15 de noviembre de 2016
Epistocracia
(El Mundo, noviembre 17 de 2016)
Los
resultados recientes en Estados Unidos, Colombia e Inglaterra, donde los votantes parecen
haber elegido la opción menos racional, despiertan una pregunta muy importante
¿es la democracia la mejor opción para tomar decisiones colectivas?
De
tiempo atrás, desde que la gente eligió a Barrabas por encima de Cristo, se
sabe que son las emociones las que dominan a la hora de votar para el ciudadano
desinformado y no un calculo racional de lo que mas le conviene al colectivo.
Siendo consecuentes debería hacerse algo para remediar este problema. ¿Cuales
son las alternativas?
El filósofo
político Jason Brennan en un libro reciente titulado “Contra la democracia”
(Against Democracy) retoma los preceptos de antiguos filósofos que se han
opuesto a la democracia. Platón y John Stuart Mill, sostenían que el voto
universal es un mal sistema, porque da el mismo peso al voto de una persona
completamente desinformada que al de una informada. Haciendo de esta manera
demasiado vulnerable el sistema a la manipulación por parte de los
profesionales en el arte del engaño.
Brennan
defiende un sistema llamado epistocracia (epistocracy) en el cual el poder del
voto no se obtiene por el mero hecho de respirar y haber nacido en el país,
sino que debe ser ganado. Sólo aquellos con un grado suficiente de información,
de educación, y de conciencia política deberían tener en sus manos tan poderosa
arma.
La idea
tiene fundamento, se acabaría la compra de votos, se acabarían los gobiernos
desastrosamente populistas (como el de Venezuela), seguramente se acabaría la
financiación ilegal o cuasilegal de las campañas, y se acabarían las odiosas
campañas políticas. Qué mas quisiera uno por el bien de este país. Desafortunadamente
el problema con estas propuestas es como volverlas operativas. Una opción es
darle un voto que cuente mas veces a las personas que demuestren un nivel de
entendimiento del acontecer político, social y económico suficiente. Pero no
existe un examen valido y si existiera sería altamente manipulable. Otra opción
es restringir el voto, por niveles de educación, pero esto sería altamente
impopular.
La buena noticia es que existen modalidades de votación más sofisticadas que la mayoría simple. Definitivamente coincido con la idea de que el voto es tan valioso y tan importante como herramienta de decisión que no debería ser regalado a cada individuo sino que los individuos deberían hacer méritos suficientes para ganárselo.
miércoles, 2 de noviembre de 2016
Gobernar no es producir
(El Mundo, noviembre 3 de 2016)
Al
presidente de los Estados Unidos, Obama, le quedan pocos meses en el poder. A
diferencia de Bush y de Clinton, y especialmente por su perfil académico, creo
que va a ser muy interesante leer y escuchar sus reflexiones como expresidente.
De
hecho, ya empezó. Recientemente, hizo unas declaraciones en un evento en la
Universidad de Carnegie Mellon en Pittsburgh que vale la pena recoger, y que
podríamos resumir como “Gobernar no es producir”. En ocasiones, dice el
presidente Obama, los presidentes de compañías privadas de gran prestigio y
rentabilidad en los EEUU se le acercan y le hablan de liderazgo y de cómo se
hacen las cosas en el sector privado. Todos con una cierta soberbia e
insistiendo en un viejo mito: el gobierno debería ser manejado como se manejan
las empresas privadas.
Los
empresarios se equivocan. En primer lugar, la tarea de los gobiernos es hacer precisamente
aquellas cosas que ninguna entidad privada se metería a hacer porque no son
rentables. Un buen ejemplo es Internet, desarrollado por el Pentágono en un
momento en el cual una empresa privada tenía el monopolio de las redes de
comunicación. Las grandes obras de infraestructura también son excelentes ejemplos,
incluyendo las de transporte masivo.
En
segundo lugar, la tarea de los gobiernos es crear el ambiente legal,
regulatorio que permite los negocios, y por supuesto construir la
infraestructura para mover los bienes y servicios que se comercializan. Es una
ilusión de los hombres de negocios el pensar que se han hecho solos. El capital
humano en que se basan sus empresas se debe en gran parte a la educación que
sus empleados recibieron en universidades públicas, por ejemplo.
Y en
tercer lugar, los mercados son inherentemente inequitativos, los empresarios
aman la competencia cuando se trata de entrar al mercado, pero luego odian la
competencia y se la pasan tratando de acabar con ella, para quedarse con todo
el mercado. Dice el Presidente Obama que allí radica la tercera gran tarea de
un gobierno, combatir las inequidades, asegurarse que “el ganador no se lo
lleve todo”, asegurarse que los que no tuvieron las mismas oportunidades puedan
llevar vidas dignas, que entre otras cosas, los vuelve consumidores de las cosas
que venden los empresarios.
Dice Obama que hay gastos e ingresos que son de carácter colectivo, y cuyos resultados no se ven en el balance o el estado de ganancias privado, sino que son parte de los estados financieros colectivos. Por estas razones, gobernar no es producir.
martes, 18 de octubre de 2016
Impuestos y ministros
(El Mundo, octubre 20 de 2016)
En
estos días la reforma tributaria modelo 2016 empieza a robarse la atención de
los colombianos. Lo cierto, corroborado por las cifras, es que muchos
colombianos con capacidad de contribuir no lo están haciendo. Incluidos algunos
ministros.
Hace
quince días dedique esta columna a mostrar que las cifras de pobreza y de
afiliación al régimen subsidiado no cuadran. En los datos a nivel departamental
se ve que el comportamiento no es de una región del país, sino que es
generalizado. Hay gente recibiendo un subsidio que tiene capacidad de pago. Lo
que se sabe de la Reforma es que el espíritu es simplificar y aumentar el
número de personas que contribuyen a las finanzas públicas. Ojala que esto
suceda por el bien de este país.
El
monotributo o impuesto a pequeños negocios es una gran idea, como se puede ver
en las tablas que ya se han publicado, no llega al millón de pesos anual en
negocios que tengan ingresos por debajo de 104 millones. El aporte no es
significativo frente a esos ingresos, pero si formaliza todas estas
actividades. Se sabe que también van a poner a tributar a organizaciones sin
animo de lucro, muchas de las cuales son fachadas y lavaderos descarados de
plata ilícita; a organizaciones religiosas, muchas de las cuales son negocios
descarados; y al sector cooperativo.
En
materia de impuestos los colombianos tenemos una bipolaridad. De un lado
pedimos y exigimos el mejor sistema de salud del mundo, el mejor sistema de
educación, la mejor infraestructura y todos los gremios y dignidades un montón
de subsidios. De otro se nos olvida que eso vale plata y que hay que recaudarla.
Creo que hace falta más educación en finanzas públicas y en tributación, para
que la gente entienda la magnitud de los gastos y de los problemas fiscales del
país. Las cifras podrían generar un poquito de consciencia.
Pero es
que en esto ni los ministros colaboran. Un análisis muy juicioso del profesor
Alvaro Pachón en su blog (http://alvaropachon.blogspot.com.co/2016/09/santos-ii-gobierno-transparente-o.html) concluye que hay una relación
muy débil entre el nivel de ingresos de un ministro y su riqueza. Además el
pago de impuestos en algunos de ellos no se compadece con sus ingresos. Por
ejemplo, la Ministra de Trabajo reportó en 2014 ingresos por 963 millones y pagó
un impuesto neto de 16 millones de pesos. Los otros ministros pagaron de manera
mejor de acuerdo a sus ingresos.
Definitivamente no se trata de más impuestos, se trata de que más gente pague impuestos. Si todos ponemos todos ganamos.
martes, 4 de octubre de 2016
La brecha pobreza y régimen subsidiado
(El Mundo, octubre 6 de 2016)
El Sistema General de Seguridad Social en Salud (SGSSS) colombiano se creó bajo el principio de solidaridad, de acuerdo con el cual los individuos aportan según su capacidad de pago y reciben servicios de acuerdo con sus necesidades de salud. También, desde su creación se planteó la protección financiera como un objetivo del mismo. La separación del SGSSS en los regímenes Contributivo y Subsidiado, respondió al origen y monto de los recursos de cada uno. Las contribuciones de patronos y empleadores obligatorias eran la gran fuente del Contributivo y el presupuesto general de la nación y otros ingresos de gobiernos locales las grandes fuentes del Subsidiado. Este último atendería a la población “más pobre y vulnerable”.
El instrumento escogido para realizar la selección de los más pobres fue el SISBEN, cuyo diseño técnico fue previo a la aprobación de la Ley 100. El SISBEN tiene un índice que mide el nivel socio-económico de un hogar y lo clasifica en uno de 6 niveles. Específicamente, los dos primeros niveles están asociados con los grados de mayor intensidad de la pobreza, siendo estas familias elegibles para ser afiliadas al régimen subsidiado. Debe anotarse que otros grupos poblacionales más pequeños tienen salud vía régimen subsidiado. Así las cosas el volumen de personas en este régimen y el volumen de personas en pobreza deberían coincidir o al menos estar en órdenes de magnitud similar.
Un análisis a los datos de personas en situación de pobreza monetaria y de afiliados al régimen subsidiado para un conjunto de 24 departamentos más Bogotá muestra que esto no así. En total en 2015 había 22 millones de personas afiliadas al régimen subsidiado y 13 millones de pobres. La brecha es de más de nueve millones de personas. Los departamentos dónde la brecha es mayor son Antioquia y Valle del Cauca con 898.594 y 866.880 personas, respectivamente.
La brecha señalada constituye evidencia parcial del error de inclusión de los esquemas de focalización de los subsidios del SGSSS. Y como es bien sabido el error está estrechamente relacionado con la existencia de incentivos perversos de algunas personas para beneficiarse del sistema de salud y no pagar.
La brecha es evidencia de una ineficiencia enorme del sistema de regulación y de rectoría en la financiación del mismo. La depuración y actualización de las bases de datos del régimen subsidiado es urgente. Allí hay una suma importante de recursos financieros que el sistema necesita para garantizar su sostenibilidad. Un cálculo simple a mano alzada muestra que si se incorporaran por lo menos un millón ochocientos mil hogares, con una contribución mínima de $27.578 pesos mensuales, correspondiente al 4% de un salario mínimo legal vigente para 2016 ($689.454), se recaudaría anualmente cerca de 600 mil millones de pesos adicionales de forma permanente.
El Sistema General de Seguridad Social en Salud (SGSSS) colombiano se creó bajo el principio de solidaridad, de acuerdo con el cual los individuos aportan según su capacidad de pago y reciben servicios de acuerdo con sus necesidades de salud. También, desde su creación se planteó la protección financiera como un objetivo del mismo. La separación del SGSSS en los regímenes Contributivo y Subsidiado, respondió al origen y monto de los recursos de cada uno. Las contribuciones de patronos y empleadores obligatorias eran la gran fuente del Contributivo y el presupuesto general de la nación y otros ingresos de gobiernos locales las grandes fuentes del Subsidiado. Este último atendería a la población “más pobre y vulnerable”.
El instrumento escogido para realizar la selección de los más pobres fue el SISBEN, cuyo diseño técnico fue previo a la aprobación de la Ley 100. El SISBEN tiene un índice que mide el nivel socio-económico de un hogar y lo clasifica en uno de 6 niveles. Específicamente, los dos primeros niveles están asociados con los grados de mayor intensidad de la pobreza, siendo estas familias elegibles para ser afiliadas al régimen subsidiado. Debe anotarse que otros grupos poblacionales más pequeños tienen salud vía régimen subsidiado. Así las cosas el volumen de personas en este régimen y el volumen de personas en pobreza deberían coincidir o al menos estar en órdenes de magnitud similar.
Un análisis a los datos de personas en situación de pobreza monetaria y de afiliados al régimen subsidiado para un conjunto de 24 departamentos más Bogotá muestra que esto no así. En total en 2015 había 22 millones de personas afiliadas al régimen subsidiado y 13 millones de pobres. La brecha es de más de nueve millones de personas. Los departamentos dónde la brecha es mayor son Antioquia y Valle del Cauca con 898.594 y 866.880 personas, respectivamente.
La brecha señalada constituye evidencia parcial del error de inclusión de los esquemas de focalización de los subsidios del SGSSS. Y como es bien sabido el error está estrechamente relacionado con la existencia de incentivos perversos de algunas personas para beneficiarse del sistema de salud y no pagar.
La brecha es evidencia de una ineficiencia enorme del sistema de regulación y de rectoría en la financiación del mismo. La depuración y actualización de las bases de datos del régimen subsidiado es urgente. Allí hay una suma importante de recursos financieros que el sistema necesita para garantizar su sostenibilidad. Un cálculo simple a mano alzada muestra que si se incorporaran por lo menos un millón ochocientos mil hogares, con una contribución mínima de $27.578 pesos mensuales, correspondiente al 4% de un salario mínimo legal vigente para 2016 ($689.454), se recaudaría anualmente cerca de 600 mil millones de pesos adicionales de forma permanente.
martes, 20 de septiembre de 2016
Implementación y plata
(El Mundo, septiembre 22 de 2016)
Es muy sencillo, todos los acuerdos del acuerdo con las FARC necesitan dos cosas: capacidad de implementación y plata. Y de esas dos cosas el gobierno tiene más bien poco.
Es muy sencillo, todos los acuerdos del acuerdo con las FARC necesitan dos cosas: capacidad de implementación y plata. Y de esas dos cosas el gobierno tiene más bien poco.
Al mejor
estilo de las leyes colombianas, el acuerdo es un conjunto de promesas sin un
juicioso cálculo de cuánto va a costar. En países serios, la política pública
va acompañada de una apropiación presupuestal específica. Uno puede creer o no
creer en los cálculos de los beneficios económicos de la paz. Personalmente he
visto tantas proyecciones de crecimiento fallar que lo sensato es ser escéptico
frente a los beneficios del crecimiento económico. Pero lo que sí es una
realidad es que cada promesa escrita en el acuerdo vendrá con una factura que
se la van a cobrar directamente al Ministerio de Hacienda. Y el Ministerio, cómo
lo ha hecho siempre, cumplirá tarde o cumplirá parcialmente.
No hay
duda de qué lograr un acuerdo para que un grupo de personas dejen de cometer
delitos es un logro que debe apoyarse. El voto por el si es una obviedad. Y
siendo completamente cínicos es una forma elegantísima de someter a las FARC a
la floja institucionalidad colombiana. Cada mes hay un paro en Colombia porque
el gobierno incumplió una promesa. ¿Qué nos hace pensar que esta vez será
diferente? Auguro que el primer paro de las FARC será en 2017.
Y el
otro elemento, a veces fruto de la falta de plata, es la baja capacidad de
implementación de la política pública que caracteriza este país. Todos sabemos
que las leyes son muy bonitas en Colombia pero que no se cumplen o que se
cumplen a medias. Los soñadores y los intelectuales creen que una vez un
problema está solucionado intelectualmente, ya está resuelto, y la realidad
siempre se encarga de recordarnos que es en los detalles de implementación
donde fallan las grandes ideas. ¿Qué nos hace pensar que esta vez será
diferente?. No hay ningún motivo para creer que las razones que llevan a este
país a ser débil institucionalmente van a cambiar como por arte de magia por la
firma de un acuerdo.
Si los acuerdos del acuerdo con las FARC funcionan al pie de la letra como lo dice el documento, entonces el mayor logro del acuerdo además de las muertes evitadas, será el fortalecimiento nunca antes visto de la institucionalidad colombiana para cumplir lo que promete. Veríamos por primera vez todo funcionando como debe ser, sin corrupción y al pie de la letra. ¿Será posible tanta belleza?
lunes, 5 de septiembre de 2016
Cámaras y accidentalidad
(Periodico El Mundo, septiembre 8 de 2016)
Desde
hace unos 5 años o más rondan por las calles de las principales ciudades del
país, cámaras de fotodetección. El propósito es capturar fotográficamente las
infracciones al código de transito de los diferentes vehículos que transitan
por las vías. El infractor recibe días después en su domicilio la prueba de la
infracción y el número de comparendo con el valor a pagar por la misma.
Este
tipo de política pública tiene fundamento en sí misma. Ante los costos de tener
un agente de transito en cada lugar de la ciudad, es mas barato usar tecnología
para castigar a los conductores imprudentes. Además, también es cierto que no
hay mejor forma de motivar el cambio de comportamiento que aquel que toca el
bolsillo de las personas.
Existe
otra motivación para justificar la presencia de esta tecnología en las calles:
disminución de accidentalidad y de la morbilidad y mortalidad que la acompañan.
En 2015 Medicina Legal atendió 6.884 casos por personas fallecidas durante
eventos de tránsito, en comparación con el año 2014 cuando se registraron 6.402
personas fallecidas. Igualmente se presentaron 45.806 personas lesionadas por
accidentes.
Dos
estudios, uno en Medellín y uno en Cali, muestran que el efecto de las cámaras
de fotomultas sobre la accidentalidad no es claro. Juliana Álvarez Restrepo
estudio el caso para Medellín y concluyó qué “la magnitud del efecto es
negativa, a pesar de que no se contó con la cantidad información de deseada
para obtener resultados con mayor contundencia”. En otras palabras parece
existir evidencia de un efecto de reducción pero con incertidumbre.
En
Cali, Juan Felipe González y yo, estudiamos estadísticamente el efecto de las
cámaras instaladas en 2012 y encontramos que no hubo reducción en los
accidentes debido a esta iniciativa y también mostramos que las cámaras no
fueron ubicadas en los sitios de mayor accidentalidad.
Esta
conclusión de Cali junto con la siguiente afirmación del trabajo de Alvares
Restrepo “las cámaras en Medellín se instalan en vías con velocidades medias
bajas con relación a las velocidades medias de las vías en las que se
instalan radares de fotodetección en otros países” muestra que el criterio que
probablemente ha sido determinante para la instalación de cámaras es el de
frecuencia de infracción y no el de salvar vidas.
Como lo decía al comienzo de la columna, esto no descalifica la política, las infracciones deben pagarse y capturar a los infractores es la tarea de las autoridades de tránsito. No obstante, si valdría la pena que el criterio de accidentalidad y mortalidad fuera tan o más importante para la instalación de estas cámaras.
martes, 23 de agosto de 2016
Tan lejos y tan cerca de OCDE
(El Mundo, agosto 27 de 2016)
Desde 2011 Colombia está haciendo formalmente la tarea para ingresar a la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico). Bien se ha explicado que este es un club de países con alto nivel de desarrollo económico que se reúnen de manera periódica en comisiones para discutir y buscar soluciones a problemas comunes. En dicha organización se analizan temas tan variados como: agricultura y pesca, corrupción, gobierno corporativo, mercados laborales, sistemas de salud, migraciones, internet y política tributaria entre otros.
Una de los principios fundamentales de este grupo de países es partir de la información cuantitativa y cualitativa para hacer sus análisis y de allí generar discusión, tomar decisiones, e implementar políticas públicas. Los resultados pueden reflejarse en acuerdos entre países, en estándares a seguir, o en guías de buenas prácticas.
Hace poco se publicaron las estadísticas referentes a los sistemas de salud que conforman este club. El análisis de estos datos nos muestra que el camino es largo. En materia de gasto, estamos muy por debajo de los estándares OCDE: Colombia está 1.8 puntos porcentuales por debajo del promedio de gasto en salud como porcentaje del PIB de estos países, y cuando se analiza per cápita Colombia tiene el gasto en salud más bajo de todos los países, incluso teniendo en cuenta aquellos que también están haciendo la tarea de adherirse al grupo.
En materia de recursos para la atención en salud también estamos lejos. Mientras el número de médicos por mil habitantes en Colombia es de 1.8 el promedio de la OCDE es de 3.3. Mientras que la densidad de camas de hospital por mil habitantes es de 1.6 para Colombia, el promedio es de 4.7 en la OCDE.
Aun cuando la esperanza de vida al nacer ha sido creciente en las últimas décadas en Colombia, nos encontramos 6 años por debajo del promedio de OCDE. Y si miramos la tasa de mortalidad infantil, mientras el promedio de la OCDE para el 2014 fue de 4 defunciones para Colombia fue 3.5 veces mayor (14.1). La mortalidad infantil viene decreciendo, pero mi cálculo a mano alzada dice que de seguir la tendencia decreciente de los últimos 15 años (0.5 defunciones menos por año) Colombia alcanzaría el nivel actual de los países de la OCDE (4.0) en 20 años.
En fin, estamos cerca de ser parte de este club tan importante pero estamos lejos de muchos de sus estándares en materia de salud. Ojala que el Ministro de Hacienda y los colombianos entiendan que solo poniendo todos se enderezaran las finanzas del sector y por ahí derecho podremos invertir en cerrar la brecha que nos separa de los países OCDE.
Desde 2011 Colombia está haciendo formalmente la tarea para ingresar a la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico). Bien se ha explicado que este es un club de países con alto nivel de desarrollo económico que se reúnen de manera periódica en comisiones para discutir y buscar soluciones a problemas comunes. En dicha organización se analizan temas tan variados como: agricultura y pesca, corrupción, gobierno corporativo, mercados laborales, sistemas de salud, migraciones, internet y política tributaria entre otros.
Una de los principios fundamentales de este grupo de países es partir de la información cuantitativa y cualitativa para hacer sus análisis y de allí generar discusión, tomar decisiones, e implementar políticas públicas. Los resultados pueden reflejarse en acuerdos entre países, en estándares a seguir, o en guías de buenas prácticas.
Hace poco se publicaron las estadísticas referentes a los sistemas de salud que conforman este club. El análisis de estos datos nos muestra que el camino es largo. En materia de gasto, estamos muy por debajo de los estándares OCDE: Colombia está 1.8 puntos porcentuales por debajo del promedio de gasto en salud como porcentaje del PIB de estos países, y cuando se analiza per cápita Colombia tiene el gasto en salud más bajo de todos los países, incluso teniendo en cuenta aquellos que también están haciendo la tarea de adherirse al grupo.
En materia de recursos para la atención en salud también estamos lejos. Mientras el número de médicos por mil habitantes en Colombia es de 1.8 el promedio de la OCDE es de 3.3. Mientras que la densidad de camas de hospital por mil habitantes es de 1.6 para Colombia, el promedio es de 4.7 en la OCDE.
Aun cuando la esperanza de vida al nacer ha sido creciente en las últimas décadas en Colombia, nos encontramos 6 años por debajo del promedio de OCDE. Y si miramos la tasa de mortalidad infantil, mientras el promedio de la OCDE para el 2014 fue de 4 defunciones para Colombia fue 3.5 veces mayor (14.1). La mortalidad infantil viene decreciendo, pero mi cálculo a mano alzada dice que de seguir la tendencia decreciente de los últimos 15 años (0.5 defunciones menos por año) Colombia alcanzaría el nivel actual de los países de la OCDE (4.0) en 20 años.
En fin, estamos cerca de ser parte de este club tan importante pero estamos lejos de muchos de sus estándares en materia de salud. Ojala que el Ministro de Hacienda y los colombianos entiendan que solo poniendo todos se enderezaran las finanzas del sector y por ahí derecho podremos invertir en cerrar la brecha que nos separa de los países OCDE.
miércoles, 10 de agosto de 2016
La encrucijada de las ciencias
(El Mundo, agosto 13 de 2016)
Los resultados de una encuesta a 270 científicos o
estudiantes de ciencias alrededor del mundo muestran cuales son los siete problemas
más grandes que enfrentan los investigadores en el mundo.
Este trabajo periodístico liderado por Julia Belluz, Brad
Plumer, and Brian Resnick y publicado en Vox señala cómo primer problema la
financiación. Para hacer estudios se necesita dinero, y cómo es obvio este
escasea. Cuando las fuentes públicas se agotan, la siguiente opción es la financiación
privada. Pero no hay financiación privada sin intereses privados.
El segundo problema, derivado del primero, es que cada vez
más se exige a los científicos resultados espectaculares, hallazgos que cambien
el mundo y que solucionen los grandes problemas. Se espera que los científicos
se conviertan en una suerte de celebridades. Y son estos científicos estrella,
los que se llevan el dinero. Esto genera presión por resultados, lo que muchas
veces termina en estudios mal diseñados, o peor aún en fraude.
Lo que nos lleva al tercer problema: la replicabilidad de
los estudios. Cada vez con mayor frecuencia se encuentra que los resultados de algunos
estudios famosos no pueden repetirse. No necesariamente se trata de fraude,
algunos estudios fueron hechos en condiciones tan particulares que simplemente no
es posible hacerlos de nuevo. El problema es que hay industrias enteras que
pueden estarse lucrando de lo que podríamos denominar engaños masivos por
estudios mal diseñados.
El cuarto problema de la ciencia actual es su sistema de
pesos y contrapesos. El proceso de revisión de pares, según el cual los colegas
del científico juzgan la calidad del estudio para su posterior publicación,
tiene serios problemas. El más grande de todos son los sesgos por ideología o
por teoría.
El quinto problema es la diseminación del conocimiento. Lo
que muchos no saben es que en el mundo científico hay que pagar por tener
acceso a los artículos académicos. Se calcula que un estudiante de doctorado que
no tenga la suerte de estar en una universidad con buenas suscripciones a revistas
científicas tendría que pagar hasta mil dólares semanales durante su etapa de
revisión de literatura.
El sexto problema es la diseminación al público general del
conocimiento en un lenguaje apto para no expertos. Hoy es muy frecuente que se
deje esta tarea tan importante en manos de personas inexpertas en los medios de
comunicación.
El último problema identificado es el alto nivel de estrés que
tienen los jóvenes científicos, se ha documentado que los niveles de depresión
y ansiedad en estudiantes de doctorado es muy alto.
La encrucijada de las ciencias es real, aunque esto no quiere decir que se van a acabar los científicos, si es cierto que se necesita corregir los problemas mencionados para avanzar hacia una sociedad que se apoye en una mejor ciencia.
jueves, 28 de julio de 2016
SOAT
El Seguro Obligatorio de Accidentes de Tránsito (SOAT) es un
seguro exigido a todo vehículo motorizado y tiene por objeto proteger a todas
las víctimas de accidentes de tránsito cuando su salud se ve comprometida.
Cubre lesiones o muerte de personas, independiente de quien tuvo la culpa del
evento. La atención se presta a todas las personas involucradas en el accidente
sean conductor, acompañantes o peatones.
El SOAT se justifica en dos principios: solidaridad y
universalidad. El principio de solidaridad se refiere a que los generadores del
riesgo deben aportar los recursos requeridos para la atención de las víctimas
de accidentes. El principio de universalidad
se refiere a la posibilidad de que toda víctima de un accidente de
tránsito tenga derecho a la atención debida.
En caso de accidente, cada víctima tiene derecho al traslado
desde el sitio del accidente al centro de salud más cercano; la atención médica
completa desde la atención inicial de urgencias hasta la rehabilitación final.
El seguro también incluye indemnización en caso de incapacidad permanente y
gastos funerarios e indemnización en
caso de muerte. Pero el SOAT tiene un tope de gasto, y cuando se supera es la
EPS de la víctima la que debe cubrir el remanente de acuerdo a las coberturas
del POS. Esta continuidad muestra que el POS y el SOAT comparten un fin común,
la recuperación de la salud. Sin embargo
esta continuidad también es parte de los problemas que se denuncian a diario en
medios y que viven los prestadores, pacientes y aseguradores: “guerra de
ambulancias”, falsos accidentes, doble facturación, precios de facturación
escandalosos, realización innecesaria de procedimientos, fragmentación en la
atención, o literalmente la suspensión de servicios.
La mayoría de estos males se explica por una razón, las
facturas del SOAT las pagan compañías privadas de seguros. Lo que hace que las
facturas sean pagadas entre 30 y 45 días, mientras que cualquier factura en el
POS pagada por una EPS puede tomar dos o tres veces ese tiempo, y si es No POS
puede simplemente no ser pagada.
La mejor opción es combatir la corrupción, pero ya sabemos que en este país esas son palabras vacías. Una segunda opción de política pública que atacaría los problemas mencionados y que de paso ayudaría al gobierno a recaudar mayores ingresos para el sistema de salud, que bien sabemos está literalmente quebrado, sería modificar las reglas de juego del SOAT para incorporar estos recursos en su totalidad al FOSYGA. Habrá seguramente detalles técnicos y legales que deban resolverse pero es una alternativa que debería al menos considerarse desde el Ministerio de Salud y de Hacienda en la actual coyuntura financiera del sector. Y de paso podrían echarle una miradita a las ARL.
martes, 19 de julio de 2016
Curules para otros
(El Mundo, julio 16 de 2016)
De
acuerdo con las FARC-EP, y según noticias de Abril de este año, el presidente
Santos les ofreció públicamente 10 curules en el Congreso. De este tema no se ha vuelto a hablar, y
aunque la idea suena descabellada, no lo seria tanto sí va acompañada de
curules para mas gente que las merece.
Bien es
sabido que el sistema electoral colombiano, el que elige cada cuatro años
congresistas esta sujeto a las leyes de mercado. Si se tiene el dinero
suficiente es posible comprar una curul. La compra de votos ha sido genialmente
documentada en todos los medios del país. Como es natural, el congresista que
fue elegido de esta manera, tiene su mente y su conciencia comprada y se
convierte en un títere de quienes lo financiaron. Así las cosas, el voto
popular y la democracia, son meras fachadas. Un juego en donde con cara pierdes
tu y con sello gano yo.
Si se
parte de esta realidad, unas curules que se le den a las FARC-EP son tan
antidemocráticas como las compradas. Entonces podría uno sugerir que por una
sola vez, se den también curules a personas que puedan aportar desde su
conocimiento a un mejor Congreso. Sería intentar algo diferente, y quizá para
el gobierno Santos una forma de ganar popularidad frente a la idea de dar
curules a las FARC-EP.
Se me
ocurre que las universidades con acreditación de calidad son candidatas ideales
para proporcionar este conocimiento. Cada universidad, según sus fortalezas y
liderazgo, podría proponer un profesor. Los profesores podrán elegir la
subcomisión que mejor se adapte a su posible contribución. En suma la propuesta
es que por cada curul a las FARC se de una curul a un profesor universitario.
Y como
al público en general le molesta tanto lo que le pagan a los congresistas, no
hay problema, los profes se quedan ganando lo que ganan en sus universidades.
El costo sería simplemente transporte y alojamiento a Bogotá. No necesitarían
tener un cuerpo legislativo, pues sus estudiantes y colegas les ayudarían a
redondear de manera mas técnica sus propuestas. Y por supuesto, por ningún
motivo podrían ser reelegidos. La independencia solo la da no tener nada que
negociar nada para ser reelegido.
Ahí queda pues la propuesta, una curul para un profesor por cada curul para un exguerrillero.
martes, 28 de junio de 2016
Un abuso de la estadística
(El Mundo, julio 2 de 2016)
La
semana pasada la democracia habló en Inglaterra. Los ingleses fueron invitados
a decidir si querían retirarse o seguir haciendo parte de la Unión Europea. Y
su decisión por estrecho margen fue retirarse. La génesis de todo fue el ego
del primer ministro David Cameron, y las cosas salieron mal.
Salieron
mal porque la decisión de los ingleses de abandonar la Unión Europea tendrá
consecuencias económicas y por lo que se puede leer quizá también políticas sí
es que prosperan el renovado ímpetu independentistas de Irlanda y Escocia. Los
expertos y técnicos en materia de economía fueron claros en advertir cuales serían
los posibles efectos económicos de la decisión de salir. Los que lideraron la
campaña por salir de la unión minimizaron las advertencias en materia económica
y enfocaron sus baterías en un argumento basado en el rechazo a los
inmigrantes.
De las
cosas mas dicientes e interesantes que han salido en la prensa es un artículo en
el Washington Post que investigó las tendencias de búsqueda en google de los
ingleses el jueves en que se realizó la votación. Las cinco preguntas mas
buscadas respecto al referendo fueron: ¿Cómo votar en el referendo? ¿Qué es el
Brexit (el nombre coloquial que se le dio al referendo)? ¿Quiénes pueden votar
en el referendo? ¿Cuándo es el referendo? y ¿Dónde puedo votar?. Y las cinco
preguntas mas buscadas respecto a la unión europea (UE) fueron: ¿Qué significa
salirse de la UE? ¿Qué es la Unión
Europea? ¿Qué países pertenecen a la UE? ¿Qué pasará ahora que hemos abandonado
la UE? ¿Cuántos países hay en la UE?.
El
significado de esto es mayúsculo, en pocas palabras mucha gente no sabía
realmente cual era la trascendencia de su voto, no sabían ni que es la Unión Europea
ni porque tenían que votar. Cabe recordar que según el índice de desarrollo
humano de 2014, los ingleses son la sociedad más educada del mundo con 13.1
años de escolaridad promedio de sus habitantes. El dato para Colombia es apenas
7.3 años.
Es claro que entre el Reino Unido y Colombia hay grandes diferencias y que una cosa es el Brexit y otra el proceso de paz. Sin embargo queda la duda: ¿sabrán los colombianos realmente que van a votar cuando de refrendar los acuerdos del proceso de paz se trate?. La experiencia del Reino Unido muestra que la manipulación emocional de las urnas puede ser muy perjudicial para un país, mejor dicho es demasiada democracia. Bien decía el sabio Borges que la democracia es un abuso de la estadística y que para resolver ciertos problemas no hay que consultar a la mayoría de la gente.
miércoles, 25 de mayo de 2016
Mitos de la informalidad
(Diario El Mundo, junio 2 de 2016)
La Revista Dinero publicó recientemente un artículo titulado
“Ventas ambulantes: ¿Demasiado buenas para dejarlas?”. Con un trabajo de campo
relativamente sencillo en la ciudad de Bogotá, concluye el artículo que las
ventas diarias están entre los cien mil y los doscientos mil pesos, es decir
unos dos millones mensuales, y que este negocio deja una rentabilidad de 69%
aproximadamente. Los riesgos, también resaltados por el mismo artículo, son
altos: perder la mercancía, largas horas de trabajo, y estar al sol y al agua.
Una encuesta a 527 vendedores ambulantes del centro de Cali
realizada en 2014, en un ejercicio más riguroso que el hecho por la revista
Dinero por estudiantes de Maestría en Gobierno y del Observatorio POLIS de la
Universidad Icesi, encontró resultados similares. El Ingreso mensual del
vendedor promedio es de un millón de pesos fruto del trabajo de 6.5 días a la
semana por 11 horas diarias; un 69% está en el régimen subsidiado de salud; un
31% tiene casa propia; y el 56% tiene educación primaria. La mayoría declara
que su ocupación provee los recursos suficientes para cubrir sus necesidades
básicas y el 93% no vendería su negocio.
Estos dos trabajos coinciden en afirmar que las ventas
ambulantes no son un mal negocio. Especialmente cuando se tiene en cuenta que
no hay pago de impuestos y que muchos reciben subsidios del gobierno por ser
parte del SISBEN. Ninguno de los trabajos toca otro tema delicado, cuántos de
estos negocios son parte de una maquinaria de lavado de activos y de mafias
mucho más grandes usadas para actos ilícitos.
Lo que nos enseñan estos datos es que las ventas y los
vendedores informales no pueden verse con ojos ingenuos, o juzgarse por lo que
se ve a simple vista. Es lo que podríamos llamar el mito de la informalidad. Esta
población tiene incentivos muy fuertes a no formalizarse individualmente, a
evadir impuestos, a seguir usurpando un espacio público que no les pertenece.
La solución no es fácil ni evidente, de hecho, la mayoría de las soluciones han fracasado. Basta con ir a los centros de cualquier ciudad colombiana. Lo que muestran estos estudios es que la política pública debe partir de una concepción diferente, con excepciones por supuesto, no estamos hablando de “pobres viejecitas sin nadita de comer” sino de individuos perfectamente racionales que rechazan un trabajo formal, están consiente o inconscientemente vinculados a actividades ilícitas y que están fuertemente subsidiados por los demás ciudadanos.
martes, 17 de mayo de 2016
Tecnología al ataque
(El Mundo, mayo 19 de 2016)
Muchos titulares de
prensa nos repiten y recuerdan que el sector salud es proclive a abusos y
corrupción. Bien sabido es que el monstruo de la corrupción vive en la
oscuridad, y en este caso concreto, la oscuridad significa la ausencia de
información pública. Los Panamá papers,
los wikileaks y demás filtraciones de información secreta al público son pasos
en la dirección correcta para que más y más ojos se unan en la gran tarea de
buscar y dejar al descubierto a los corruptos.
Pues bien, el
Ministerio de Salud y Protección Social ha dado un paso enorme en esta
dirección. A partir de junio de 2016 todas las personas en Colombia que
requieran medicamentos, tecnologías o procedimientos que no estén incluidos en
el plan obligatorio de salud (el famoso No POS) podrán recibirlos sin pedir autorizaciones
a las entidades promotoras de salud (EPS) según la Resolución 1328 de 2016.
Esto se logró gracias a que el Ministerio desarrolló un aplicativo web en el
cual los profesionales inscritos en el Registro de Talento Humano en Salud
(Rethus), podrán prescribir y registrar las solicitudes para los pacientes que
así lo requieran, sin que la EPS deba autorizar.
La noticia es buena
para los pacientes, porque implica un trámite menos, pero es mejor para el
sistema porque va a destapar la olla del No POS. Es decir todo aquello que los
jueces ordenan cuando fallan tutelas a favor de los pacientes. En esa olla, se
sabe que hay de todo, desde demandas por servicios que son justas hasta abusos
injustificados. Los abusos van desde los más triviales como exigir que una
montura de gafas sea de una marca específica, o recetar el triple de pañales
que se necesita al día, hasta sillas de ruedas que cuestan 25 millones de pesos.
Este tipo de sistemas
donde se sabe quién esta ordenando qué y por qué valor existen en países
desarrollados como los Estados Unidos. La organización ProPublica (https://www.propublica.org) ha utilizado
esta información para desarrollar bases de datos que permiten a cualquier
persona buscar por internet un médico con nombre propio o una IPS y saber todo
lo que ha prescrito (https://projects.propublica.org/checkup/). Periodistas
acuciosos han descubierto médicos que facturan millones de dólares y que
ordenan lo que no debieron ordenar. Más de uno está detrás de rejas o bajo una
seria investigación por fraude. O simplemente ya es blanco de los comentarios
de sus pares y colegas.
Esperemos que la herramienta se consolide y que tengamos la información para analizar de manera pública muy pronto. Esta es una jugada maestra en contra de los abusos en el sistema, parafraseando al viejo adagio del fútbol “la tecnología es la mejor defensa”.
martes, 3 de mayo de 2016
Profesores, doctorados y doctores
(El Mundo, Mayo 5 de 2016)
En las últimas semanas
los profesores, los doctorados y los doctores han dado mucho de qué hablar.
Empecemos por la famosa “humillación” del presidente de Ecopetrol a un profesor
de la UIS. Aunque es cierto que la actitud fue displicente, lo que generó una
cierta indignación en la gente, y un efecto mediático del estilo David y
Goliat, con todo el mundo haciéndose del lado del “pobre” profesor ultrajado,
la verdad es que la academia es así. Los que no están en ella y creen que las
relaciones entre profesores están llenas de buenas maneras y de palabras
cándidas están muy equivocados.
En la academia sobran
las palabras duras y despectivas contra y entre los colegas. Y también sobran
los silencios hipócritas. De hecho en la academia rige un mecanismo de revisión
de artículos entre pares que es anónimo. Este mecanismo fue inventado con el
ánimo de permitir que la confrontación de ideas sea directa y frontal, y para
que las críticas no sean tomadas como personales sino como profesionales.
Con los egos tan inflados
que existen, me atrevería a decir que la dureza y la prepotencia son parte
integral de la academia. He sido testigo de discusiones sobre ideas y teorías,
que han terminado en “madriadas” que harían parecer el escándalo en cuestión como
una caricia.
En el mundo científico,
dice una frase célebre, la ciencia avanza con cada funeral. Las teorías se dan
palo todo el tiempo, y los profesores se enfrentan entre sí, hasta que
finalmente alguna teoría acaba por sepultar a la otra. En fin, lo que
presenciamos fue un debate de académicos para el que la televisión y en general
el público no estaba preparado.
Y siguiendo con los escándalos académicos, la indignación respecto de los falsos doctorados de nuestros gobernantes elegidos popularmente es un poco ingenua. Sí la gente está indignada porque los políticos mienten, la verdad están descubriendo el agua tibia. Lo que sí sería demandable por ser un robo al erario es que hubieran usado un título falso para exigir una prima técnica adicional a su salario, pero no fue este el sentido de la noticia. A lo que sí debería ponérsele lupa es a la declaración de renta y a su riqueza, y a la de su círculo más cercano, allí es donde están las mentiras más grandes.
viernes, 22 de abril de 2016
Envejecer trabajando
(El Mundo, abril 21 de 2016)
En
Colombia aun no es común que los medios de comunicación estén llenos de
comerciales en donde se idealice la vejez como el momento de la vida para
viajar, jugar y divertirse, gastando el dinero de la pensión o de los ahorros
de toda una vida. Estos comerciales son usualmente pagados por las compañías
que manejan productos pensionales para atraer clientes, pero en el camino
terminan por crear falsas expectativas y romantizar una época de la vida que
cada vez pinta mas como las anteriores.
La
realidad del sistema pensional nuestro es una cobertura baja y una clara
insuficiencia patrimonial para honrar la promesa de una pensión. Con la
esperanza de vida de los colombianos creciendo año tras año, es indudable que
la edad de retiro debe aumentarse a la par. Esto es políticamente muy difícil,
pero la realidad siempre termina imponiéndose. Será tan alto el costo personal de
pensionarse a la edad mínima actual (57 mujeres, 62 hombres) medido como la
diferencia entre el ingreso de la pensión y los gastos, que la realidad
terminara por retrasar unos años la decisión, o quizá nos lleve a esquemas de
retiro parcial.
La
pregunta central es si los colombianos tendremos el estado de salud para seguir
trabajando en edades que superan la actual edad mínima de retiro. No existen
estudios para Colombia. Pero si existen estudios para otros países. Las cosas
lucen bien.
En
Estados Unidos, los investigadores Coile, Milligan, y Wise estudiaron este
fenómeno. Encontraron que el estado de salud de un hombre de 49 años de 1977 es
equivalente al de un hombre de 55 años en 2010. Es decir una ganancia de 6
años. También encontraron que estas ganancias de salud están
desproporcionadamente concentradas en las personas con mayor educación, lo que
pondría a estas personas en una mejor posición para aprovechar estas
oportunidades.
El
mercado laboral, bien sabemos no es el mejor amigo del adulto mayor,
especialmente si su grado de educación no es muy alto. Abundan historias de
personas mayores que pierden su trabajo y luego no consiguen emplearse. Esta
situación con una población adulta en mejor estado de salud es doblemente
trágica. Es una perdida de productividad y una perdida de capital humano y
social.
Es posible que la respuesta este en la nueva economía, aquella definida por las nuevas tecnologías de la información (Uber) con flexibilidad de horario y de otras condiciones. Lo cierto es que es tiempo de pensar en opciones de política para las futuras generaciones que envejecerán trabajando.
Incentivos que no incentivan
(El Mundo, 24 de Marzo de 2016)
Al
momento de escribir esta columna, solo una vez en quince días se ha cumplido la
meta de ahorro diario de energía eléctrica de 5%. No parece descabellado afirmar que la
política de incentivos craneada por el equipo de gobierno falló, y que por el
contario al Presidente le va a tocar echarse para atrás si no quiere perder mas
popularidad.
En lo
que corresponde a los hogares, se diseño (a la carrera en mi parecer) un
sistema de incentivos como sacado de un libro de texto de economía. Premio en
dinero para el que ahorre y castigo en dinero para el que no ahorre. Hay varios
problemas con este tipo de políticas. El primero y más importante es que los
hogares no tienen el mismo sistema de información del gobierno, es decir, a los
hogares no les llega a las 8 AM un informe de consumo de XM. Entonces para un
hogar es difícil saber si los esfuerzos que esta haciendo son suficientes o no,
y en ausencia de información individual pueden presentarse muchos
comportamientos. Por ejemplo, unos hogares pueden asumir que otros están
ahorrando lo suficiente y no ahorrar. Otros pueden pensar que su consumo de
energía es ya mínimo y que no pueden recortar más. Otros, mas rebeldes,
pensaran que son las industrias las grandes consumidoras y que son estas las
que deben aportar.
El
segundo problema es la velocidad con que el gobierno asume que la información
llega a los hogares. Toda persona interesada en lo público consume medios como
loco, pero se le olvida al gobierno que este país es apático políticamente y
que su consumo de medios informativos es bajísimo.
El
tercer problema es el diseño del castigo. Los hogares que vean un incremento en
su factura de electricidad por cuenta de no ahorrar van a entrar en furia. El
gobierno entonces tendrá que recular y por lo tanto perder credibilidad, o
mantenerse firme y bajar en popularidad, arriesgando incluso que el día del
voto por la paz se la cobren. En cualquiera de los dos escenarios el gobierno
pierde.
Kenneth
Arrow, premio Nobel de Economía decía que los Economistas aún no tenemos muy
bien estudiados ni entendidos los incentivos. Creo que tiene mucha razón, y
este es un buen ejemplo de ello.
Imponer
incentivos es una contradicción en si misma, los incentivos deben ser
voluntarios. De igual forma, dada la trascendencia del problema, promover una
política de este estilo sin información empírica, es decir sin haber hecho un
piloto antes es muy arriesgado, o es muy ingenuo.
Definitivamente al gobierno
Santos le sobran economistas y le faltan expertos en ciencias del
comportamiento.
domingo, 6 de marzo de 2016
Percibir y medir
(Publicado El Mundo, Marzo 10 de 2016)
Esta semana se conocieron las cifras de pobreza de 2015. De acuerdo con los medios el Presidente de la Republica afirmó que “Ya el 70 % de los colombianos o un poco más, están en lo que podríamos denominar la clase media”. Esto genero algún revuelo entre periodistas radiales y comentaristas. Quienes ponían en duda lo afirmado con base en su percepción.
Esta semana se conocieron las cifras de pobreza de 2015. De acuerdo con los medios el Presidente de la Republica afirmó que “Ya el 70 % de los colombianos o un poco más, están en lo que podríamos denominar la clase media”. Esto genero algún revuelo entre periodistas radiales y comentaristas. Quienes ponían en duda lo afirmado con base en su percepción.
Esta
situación no es nueva, refleja un continuo choque entre percepción y medición,
y que involucra usualmente a las estadísticas producidas por el DANE, qué es la
entidad encargada oficialmente de medir los indicadores económicos y sociales
en este país.
Atacar
las cifras del DANE, es atacar la credibilidad de la misma institución. Los que lo hacen desconocen que esta entidad
trabaja con estándares internacionales, que aplica metodologías
internacionales, y que mide de la misma forma que lo hacen los países
desarrollados. También desconocen que el DANE es asesorado por agencias y expertos
internacionales y que sus datos están bajo el escrutinio de muchos ojos y de
muchos investigadores económicos y sociales, gracias a que cada vez es una
entidad mas abierta a compartir la información de cada una de sus encuestas.
Esto
no quiere decir que el DANE no tenga debilidades, si alguna critica le cabe es
la obsolescencia de algunas de sus encuestas, por ejemplo el censo agropecuario
que tenía 40 años de no hacerse. Pero ahí la culpa no es del DANE es del
Congreso y de los Ministros de Hacienda que no le han dado la importancia que
se merece y no le han destinado los recursos suficientes en el presupuesto
nacional para fortalecerlo.
Volviendo
a la cifra de pobreza, los conspiradores de oficio argumentaran que la cifra es
política, y que tanto al gobierno como a las entidades multilaterales les
conviene mostrar reducciones para mostrar el éxito de las políticas y
fundamentar la necesidad de mas prestamos para seguir financiando los
programas. Personalmente no creo en estas teorías de conspiración, y la carga
de la prueba esta en ellos.
Es
justo decir que la medición por líneas de pobreza es debatible y que esta puede
ser muy baja, son $985,344 para una familia de 4 personas en zona no rural. Pero
la medición por dimensiones de la pobreza es sin duda muy exigente, porque
aplica un examen que es difícil de pasar. Se incluyen 15 indicadores sobre las
condiciones educativas del hogar, las condiciones de la niñez y la juventud,
la salud, el trabajo y el acceso a los servicios públicos domiciliarios y las
condiciones de la vivienda. Se consideran pobres los hogares que no pasan 5 de
estos criterios. Según el DANE sólo el 14.4% de los hogares en cabeceras no
pasaron el examen.
El
apetito por la medición y por la toma de decisiones basadas en datos y no en
percepciones es uno de los factores de éxito de las empresas y de las
sociedades desarrolladas. La percepción es pésima consejera, los sentidos nos
engañan permanentemente, y solo vemos lo que queremos ver. Los datos son la
solución.
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