jueves, 21 de septiembre de 2017

Estudio replantea los costos del tratamiento del Alzheimer en Colombia

(El Espectador.com septiembre 21 de 2017)

Con motivo del Día Mundial del Alzheimer, el Centro de Estudios en Protección Social y Economía de la Salud de la Universidad Icesi ha develado un estudio que demuestra que los costos de tratamiento de los pacientes con esta enfermedad son más elevados de lo que se pensaba.

A nivel mundial hay poco conocimiento sobre los gastos reales de los pacientes que sufren de demencia en los países en desarrollo y se conoce aún menos sobre los costos directos pagados por el sistema de salud a través de las EPS según el nivel de severidad y cómo estos varían debido a la presencia de otras enfermedades.

Esta razón llevó a que el Centro de Estudios en Protección Social y Economía de la Salud de la Universidad Icesi (Proesa) realizara un estudio con pacientes pertenecientes a una Entidad Promotora de Salud (EPS) del régimen contributivo, con afiliados en su mayoría viviendo en el Eje Cafetero, Valle y el norte del Cauca y donde el 80% de los afiliados gana menos de tres salarios mínimos, de forma que es representativa de la población de trabajadores formales de bajos ingresos.

Utilizando un período de análisis de tres años (2011-2012-2013) se identificaron pacientes con Alzheimer a través de un algoritmo que tiene en cuenta la información sobre edad, diagnóstico primario, servicios y medicamentos provistos. Gracias a esto se pudo determinar que los gastos pagados por este asegurador fueron por lo menos el doble de lo que se ha estimado en la literatura internacional y que estos gastos aumentaban anualmente a tasas superiores al 30%. Además, el estudio encontró que dichos pacientes no sufren sólo de esta enfermedad, el 92% tienen al menos otra condición crónica, aparte del Alzheimer que les afecta su salud.

Una estimación internacional previa aseguraba que los costos anuales de un paciente con demencia en Colombia fueron de 663 dólares en 2009. Sin embargo, con este este nuevo estudio se encontró que el promedio observado entre 2011 y 2013 fue de 1.234 dólares para un paciente con Alzheimer como única enfermedad crónica y de  2.385 dólares para pacientes con Alzheimer y otras afecciones crónicas.

Es probable que algunas de las diferencias entre el valor encontrado por el estudio y el estimado internacional se expliquen por el aumento de los costos de la salud a lo largo del tiempo; no obstante, incluso actualizando la cifra de 2009 a una tasa anual del 30%, el promedio para 2011-2013 sería de 1,490 dólares, lo cual es 60% menos que lo observado para los pacientes con multiples enfermedades crónicas que son la mayoría.

De esta forma, el estudio, realizado por Proesa, muestra evidencia para sugerir que las estimaciones previas del costo directo de la demencia en países en desarrollo y de ingreso medio como Colombia, están por debajo de los valores reales para sus sistemas de salud


Estos resultados cobran más relevancia si se tiene en cuenta que Colombia es el país de la región que experimenta la tasa de envejecimiento más alta. De acuerdo con proyecciones oficiales del DANE, el proceso de envejecimiento de la población es acelerado. Se estima que, para 2020, 8.5% de la población tendrá 65 años o más, tasa que se ha casi duplicado en los últimos 25 años.

domingo, 17 de septiembre de 2017

Recortad y expulsaras


El recorte presupuestal a Colciencias va a costar más de lo esperado

El gobierno nacional ha decidido recortar en 2018 el presupuesto para Colciencias en 42%, pasando de 379 a 220 mil millones de pesos. Es claro que menos recursos para investigación se traducen en menores oportunidades para los investigadores que ya viven en el país. Así las cosas muchos tomaran la decisión de contactar a sus colegas en universidades del exterior con el fin de buscar oportunidades en otros países. Este fenómeno está muy bien estudiado y se llama la “fuga de cerebros”.

De acuerdo con la UNESCO en Colombia este fenómeno ya se viene presentando, incluso antes del recorte mencionado. En 2010 había 182 profesionales por cada millón de habitantes dedicados a la “concepción o creación de nuevo conocimiento, productos, procesos, métodos o sistemas y en la administración de estas actividades”, en 2014 el número bajó a 115. Esto representa una caída del 37%.

Esta caída (asumiendo que los datos son acertados) puede responder a la mezcla de dos fenómenos. Muchos de los que  estaban se están yendo. Y muchos de los que se fueron no están regresando. Respecto al primer punto basta recordar el fiasco que resultó el programa de retorno de investigadores a Colombia de Colciencias llamado “Es tiempo de volver”. Respecto al segundo factor, los estudiantes de doctorado o de posdoctorado, que por definición no son tontos,  viendo la situación de financiación del país, seguramente están haciendo todo lo posible por quedarse afuera.

Hay un tercer factor sobre el que me gustaría llamar la atención, que no tengo medido con cifras, pero que de manera anecdótica he visto en los círculos académicos. Usualmente las personas que deciden dedicarse a las ciencias lo hacen porque desde niños están rodeados de ambientes científicos e intelectuales. Si esta hipótesis es verdad, no solo estamos perdiendo los científicos actuales sino los hijos de los científicos que migran. La probabilidad de querer vivir en Colombia para alguien que vive fuera está muy ligada a tener lazos afectivos en el país.

El recorte de presupuesto a Colciencias es un leño ardiente adicional que se echa al problema de los cerebros fugados en Colombia. Estamos creando más incentivos para expulsar y para detener el regreso de científicos al país. 

jueves, 7 de septiembre de 2017

Metámosle más ciencia al país

(El Mundo, septiembre 7 de 2017)

A los escándalos de corrupción que tanto nos acosan le podemos meter más ciencia. La academia pueden jugar un papel importante en detener a los corruptos.

En primer lugar la ciencia para rastrear corruptos esta inventada hace rato. No solo existe software muy sofisticado para rastrear dinero sino también para prender alarmas. El dinero tarde o temprano pasa por el sistema financiero o por algún medio electrónico. También están las ciencias sociales, es decir, la psicología, la psiquiatría y demás ciencias del comportamiento que ayudarían a perfilar a los posibles corruptos.

De otro lado, también esta inventada la ciencia para castigar a los infractores ciudadanos. Alguien decía que la mejor universidad del país es Avianca, porque una vez un colombiano pisa suelo de país desarrollado se comporta como ciudadano de país desarrollado: conduce bien, respeta las normas, y sobre todo le tiene miedo a la autoridad. ¿Y cual es la ciencia aquí? Una combinación de presencia de la fuerza, con una amenaza creíble de que la infracción de la norma será castigada duramente.

Un tercer aspecto en el que la ciencia podría ser útil  sería con la presencia de más académicos en lo público. Aquí las opciones son variadas. Ya en una columna anterior había propuesto que debería existir curules legislativas para académicos de larga trayectoria y experiencia. Es decir para personas cuyo trabajo e interés no sea una carrera política, sino más bien dejar un legado. El proceso de escogencia debería ser extremadamente riguroso, pero eso es cuestión de un buen diseño. En otras áreas de gobierno, podría tenerse una política más abierta de datos. De tal forma que cualquier estudiante o investigador pudiera analizar lo que se esta haciendo con sus impuestos.

A este país y a este gobierno hay que meterle más ciencia y más academia. Es verdad que 20 años atrás las universidades colombianas de calidad eran pocas y que los académicos serios eran escasos. Las cosas han cambiado, cada vez hay mas PhDs con ganas de hacer cosas por este país, tenemos que encontrar la forma de aprovechar todo este capital, no sólo para formar gente en las aulas sino para luchar contra los que hacen mal las cosas.