(El Mundo, noviembre 3 de 2016)
Al
presidente de los Estados Unidos, Obama, le quedan pocos meses en el poder. A
diferencia de Bush y de Clinton, y especialmente por su perfil académico, creo
que va a ser muy interesante leer y escuchar sus reflexiones como expresidente.
De
hecho, ya empezó. Recientemente, hizo unas declaraciones en un evento en la
Universidad de Carnegie Mellon en Pittsburgh que vale la pena recoger, y que
podríamos resumir como “Gobernar no es producir”. En ocasiones, dice el
presidente Obama, los presidentes de compañías privadas de gran prestigio y
rentabilidad en los EEUU se le acercan y le hablan de liderazgo y de cómo se
hacen las cosas en el sector privado. Todos con una cierta soberbia e
insistiendo en un viejo mito: el gobierno debería ser manejado como se manejan
las empresas privadas.
Los
empresarios se equivocan. En primer lugar, la tarea de los gobiernos es hacer precisamente
aquellas cosas que ninguna entidad privada se metería a hacer porque no son
rentables. Un buen ejemplo es Internet, desarrollado por el Pentágono en un
momento en el cual una empresa privada tenía el monopolio de las redes de
comunicación. Las grandes obras de infraestructura también son excelentes ejemplos,
incluyendo las de transporte masivo.
En
segundo lugar, la tarea de los gobiernos es crear el ambiente legal,
regulatorio que permite los negocios, y por supuesto construir la
infraestructura para mover los bienes y servicios que se comercializan. Es una
ilusión de los hombres de negocios el pensar que se han hecho solos. El capital
humano en que se basan sus empresas se debe en gran parte a la educación que
sus empleados recibieron en universidades públicas, por ejemplo.
Y en
tercer lugar, los mercados son inherentemente inequitativos, los empresarios
aman la competencia cuando se trata de entrar al mercado, pero luego odian la
competencia y se la pasan tratando de acabar con ella, para quedarse con todo
el mercado. Dice el Presidente Obama que allí radica la tercera gran tarea de
un gobierno, combatir las inequidades, asegurarse que “el ganador no se lo
lleve todo”, asegurarse que los que no tuvieron las mismas oportunidades puedan
llevar vidas dignas, que entre otras cosas, los vuelve consumidores de las cosas
que venden los empresarios.
Dice Obama que hay gastos e ingresos que son de carácter colectivo, y cuyos resultados no se ven en el balance o el estado de ganancias privado, sino que son parte de los estados financieros colectivos. Por estas razones, gobernar no es producir.
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