(El Mundo, agosto 27 de 2016)
Desde 2011 Colombia está haciendo formalmente la tarea para
ingresar a la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo
Económico). Bien se ha explicado que este es un club de países con alto nivel
de desarrollo económico que se reúnen de manera periódica en comisiones para
discutir y buscar soluciones a problemas comunes. En dicha organización se analizan
temas tan variados como: agricultura y pesca, corrupción, gobierno corporativo,
mercados laborales, sistemas de salud, migraciones, internet y política
tributaria entre otros.
Una de los principios fundamentales de este grupo de países
es partir de la información cuantitativa y cualitativa para hacer sus análisis
y de allí generar discusión, tomar decisiones, e implementar políticas
públicas. Los resultados pueden reflejarse en acuerdos entre países, en
estándares a seguir, o en guías de buenas prácticas.
Hace poco se publicaron las estadísticas referentes a los
sistemas de salud que conforman este club. El análisis de estos datos nos muestra
que el camino es largo. En materia de gasto, estamos muy por debajo de los
estándares OCDE: Colombia está 1.8 puntos porcentuales por debajo del promedio
de gasto en salud como porcentaje del PIB de estos países, y cuando se analiza
per cápita Colombia tiene el gasto en salud más bajo de todos los países,
incluso teniendo en cuenta aquellos que también están haciendo la tarea de
adherirse al grupo.
En materia de recursos para la atención en salud también
estamos lejos. Mientras el número de médicos por mil habitantes en Colombia es
de 1.8 el promedio de la OCDE es de 3.3. Mientras que la densidad de camas de
hospital por mil habitantes es de 1.6 para Colombia, el promedio es de 4.7 en
la OCDE.
Aun cuando la esperanza de vida al nacer ha sido creciente
en las últimas décadas en Colombia, nos encontramos 6 años por debajo del
promedio de OCDE. Y si miramos la tasa de mortalidad infantil, mientras el
promedio de la OCDE para el 2014 fue de 4 defunciones para Colombia fue 3.5
veces mayor (14.1). La mortalidad infantil viene decreciendo, pero mi cálculo a
mano alzada dice que de seguir la tendencia decreciente de los últimos 15 años
(0.5 defunciones menos por año) Colombia alcanzaría el nivel actual de los
países de la OCDE (4.0) en 20 años.
En fin, estamos cerca de ser parte de este club
tan importante pero estamos lejos de muchos de sus estándares en materia de
salud. Ojala que el Ministro de Hacienda y los colombianos entiendan que solo
poniendo todos se enderezaran las finanzas del sector y por ahí derecho podremos
invertir en cerrar la brecha que nos separa de los países OCDE.
Este blog reune mis artículos de opinión publicados en diarios colombianos y otras ideas no publicadas en medios escritos
martes, 23 de agosto de 2016
miércoles, 10 de agosto de 2016
La encrucijada de las ciencias
(El Mundo, agosto 13 de 2016)
Los resultados de una encuesta a 270 científicos o
estudiantes de ciencias alrededor del mundo muestran cuales son los siete problemas
más grandes que enfrentan los investigadores en el mundo.
Este trabajo periodístico liderado por Julia Belluz, Brad
Plumer, and Brian Resnick y publicado en Vox señala cómo primer problema la
financiación. Para hacer estudios se necesita dinero, y cómo es obvio este
escasea. Cuando las fuentes públicas se agotan, la siguiente opción es la financiación
privada. Pero no hay financiación privada sin intereses privados.
El segundo problema, derivado del primero, es que cada vez
más se exige a los científicos resultados espectaculares, hallazgos que cambien
el mundo y que solucionen los grandes problemas. Se espera que los científicos
se conviertan en una suerte de celebridades. Y son estos científicos estrella,
los que se llevan el dinero. Esto genera presión por resultados, lo que muchas
veces termina en estudios mal diseñados, o peor aún en fraude.
Lo que nos lleva al tercer problema: la replicabilidad de
los estudios. Cada vez con mayor frecuencia se encuentra que los resultados de algunos
estudios famosos no pueden repetirse. No necesariamente se trata de fraude,
algunos estudios fueron hechos en condiciones tan particulares que simplemente no
es posible hacerlos de nuevo. El problema es que hay industrias enteras que
pueden estarse lucrando de lo que podríamos denominar engaños masivos por
estudios mal diseñados.
El cuarto problema de la ciencia actual es su sistema de
pesos y contrapesos. El proceso de revisión de pares, según el cual los colegas
del científico juzgan la calidad del estudio para su posterior publicación,
tiene serios problemas. El más grande de todos son los sesgos por ideología o
por teoría.
El quinto problema es la diseminación del conocimiento. Lo
que muchos no saben es que en el mundo científico hay que pagar por tener
acceso a los artículos académicos. Se calcula que un estudiante de doctorado que
no tenga la suerte de estar en una universidad con buenas suscripciones a revistas
científicas tendría que pagar hasta mil dólares semanales durante su etapa de
revisión de literatura.
El sexto problema es la diseminación al público general del
conocimiento en un lenguaje apto para no expertos. Hoy es muy frecuente que se
deje esta tarea tan importante en manos de personas inexpertas en los medios de
comunicación.
El último problema identificado es el alto nivel de estrés que
tienen los jóvenes científicos, se ha documentado que los niveles de depresión
y ansiedad en estudiantes de doctorado es muy alto.
La encrucijada de las ciencias es real, aunque esto no quiere decir que se van a acabar los científicos, si es cierto que se necesita corregir los problemas mencionados para avanzar hacia una sociedad que se apoye en una mejor ciencia.
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