(El Mundo, Enero 30 de 2014)
Estamos en época de
elecciones y con estas cientos de discursos y palabras, promesas, verdades,
mentiras, información y desinformación. Navegar por este mar es imposible para
el cerebro humano. Por ello toda
iniciativa que trate de simplificar esta tarea para los electores, y de
imprimirle algo de “rendición de cuentas” a los que se esten postulando es muy
valiosa. Existe de tiempo atrás la iniciativa “Congreso Visible” de la
Universidad de los Andes, aunque por lo académica no tan conocida. Con un poco
más de alcance están las iniciativas de las cadenas radiales de concretar
aspirantes con cuestionarios.
Pero creo que no son
suficientes. Hay que atacar la desinformación por más frentes. En concreto,
sería ideal fomentar dos, que son relativamente exitosos en otros países: las
organizaciones dedicadas a revisar la veracidad de lo dicho (en inglés se
llaman “fact checker”) y la sátira o comedia política.
Los verificadores de
datos se dedican a hacerle un escrutinio a fondo a los “números” y los “hechos”
que los políticos en campaña dan en sus discursos, con el ánimo de hacer
visibles cuales son invenciones de sus mentes o de sus equipos de mercadeo. Los
verificadores también ponen en contexto datos que sacados de este, son manipulados
a conveniencia. Con un adecuado espacio en prensa y radio, estas organizaciones
podrían aumentar la presión sobre los candidatos para ser más precisos en lo
que dicen.
La sátira o comedia
política existe en Colombia pero de una manera muy tímida. En otros países hay
horas de TV diarias dedicadas a criticar con humor irreverente tanto lo dicho
por los candidatos como lo que hacen los mandatarios de turno. También hay
diarios por internet (como el que le paso la mala jugada al senador Juan Carlos
Vélez) dedicados a mostrar lo absurdo de las posiciones políticas de nuestros
gobernantes y aspirantes a gobernar y legislar.
Iniciativas como la
primera no existen quizá por falta de recursos, algo que un buen grupo de
empresarios podrían hacer sin problema, que tal un “Empresarios por la
verificación”. En torno a la sátira, resulta increíble creer que en veinte años
no haya nacido el reemplazo de Jaime Garzón en Colombia, alguien capaz de
enfrentar a los políticos más poderosos. La timidez de la sátira si es
preocupante, porque demuestra el dominio de los más poderosos para callar voces
independientes. Nuestra democracia necesita ciudadanos más críticos, y para
ello necesitamos más verificadores de discursos políticos y una sátira política
menos tímida.
Posdata: En el escándalo por las declaraciones de la señora Piraquive todos los que se rasgaron las vestiduras y salieron a defender una posición moral o de equidad social tienen rabo de paja. Algunos ejemplos. En la radio: no es un “requisito” tener un buen registro de voz o ¿podría conducir un programa alguien con voz de discapacitado?. En la TV: ¿qué noticiero tiene como presentador o presentadora a una persona con una discapacidad?