miércoles, 16 de septiembre de 2009

Hacia un mejor PIB

(El Mundo, Septiembre 23 de 2009)

En febrero de 2008, el Presidente de Francia, Nicolás Sarkozy, comisionó a dos premios nobel de economía, Joseph Stiglitz y Amartya Sen, la tarea de liderar a un grupo de expertos con el objetivo de identificar los límites del PIB como indicador del desarrollo económico. El resultado esperado era una propuesta con mejores indicadores para medir el desarrollo social y económico. La Comisión de Medición de Desempeño Económico y Progreso Social fue creada y el informe final de dicha comisión fue presentado el pasado 14 de Septiembre.

Lo que medimos y cómo lo medimos afecta lo que hacemos y las decisiones que tomamos. Este es el principio básico que motivó el estudio. Y aunque a simple vista obvio, en términos de medición económica tiene profundas implicaciones. Una de las más evidentes son las falsas dicotomías entre el PIB y otras variables. Tomemos el caso del medioambiente. Dado que el PIB no incluye el agotamiento de las reservas de recursos naturales, con frecuencia los promotores de proyectos económicos que destruyen el medioambiente justifican tal destrucción en aras de crecimiento económico. Pero esta dicotomía es falsa desde el punto de vista social, pues destrucción de recursos naturales hoy, significa destrucción de capital, y por ende de ingresos futuros.

Cinco grandes recomendaciones emergen de esta Comisión. La primera es desmitificar al PIB como medida de bienestar material. El PIB mide producción, pero producción no es lo mismo que bienestar material, y en este sentido una medida más adecuada sería una más amplia que incluya ingreso y consumo. La segunda, es enfatizar la perspectiva de los hogares en las mediciones económicas, es decir, tener indicadores que midan el pulso de lo que está pasando con el ingreso y el consumo de los hogares.

La tercera, sugiere incorporar medidas que tengan en cuenta la riqueza de los hogares. Riqueza, consumo e ingreso son variables altamente interrelacionadas, y son los mayores determinantes del bienestar de un hogar. La cuarta, es dar mayor prominencia como indicadores de progreso social de una sociedad a medidas que muestren la distribución del ingreso, del consumo y de la riqueza entre los habitantes del país. Finalmente, la comisión recomienda que las oficinas de estadística avancen en la identificación y cuantificación de aquellas actividades económicas que se desarrollan fuera de los mercados, pero que aumentan o deterioran el bienestar de los hogares, según sea el caso.

El PIB es una medida económica obsoleta, que quizá esté haciendo más daño que bien a los diseñadores de política económica. Cómo bien lo afirma el profesor Reuven Brenner, de la Universidad McGill en Canadá, una estadística como el PIB solo “sostiene la ilusión de que la prosperidad esta necesariamente atada al territorio, a las unidades nacionales y al gasto público en general”.

viernes, 11 de septiembre de 2009

Plaza Sésamo

(El Mundo, Septiembre 14 2009; La Patria, Septiembre 28 de 2009)

Desde 1972, Televisa produce una famosa serie de televisión para niños llamada Plaza Sésamo que es y ha sido transmitida en Colombia con gran éxito. Plaza Sésamo es en realidad fruto del trabajo de más de 40 años de una organización norteamericana sin ánimo de lucro llamada Taller Sésamo y es vista en casi todos los países del mundo.

Plaza Sésamo, tiene como objetivo educar a los niños en temas tan variados como compartir, comer de manera saludable, visitar al doctor, tener una buena higiene personal, y celebrar y respetar las diferencias de raza y genero. Tópicos más tradicionales como aprender las letras y los números son también parte integral de esta serie.

Los contenidos de cada capítulo están basados en estudios e investigaciones académicas desarrollados por expertos en desarrollo infantil. Pero esto no es nada nuevo, lo realmente novedoso es lo que está sucediendo recientemente con el programa y lo que puede venir.

La problemática y circunstancias actuales de los Estados Unidos han obligado a los creadores a incluir contenidos relacionados con temas más complejos y difíciles de abordar con los niños. Por ejemplo, en los últimos años la serie ha tocado temas tales como: que hacer en caso de una emergencia natural (motivada por el huracán Katrina), qué hacer cuando uno de sus padres es enviado a la guerra (motivado por la guerra de Irak), o como prepararse para una emergencia (motivado por el ataque del 11 de septiembre).

La crisis económica es el nuevo tema de Plaza Sésamo. Para enseñar a los niños como afrontar y entender las vicisitudes de los vaivenes económicos, la mama de Elmo pierde su trabajo y como consecuencia muchos gastos de la familia deben recortarse. La familia empieza a ahorrar dinero a través de actividades menos costosas como detener la compra de juguetes y alquilar películas en lugar de ir al cine. La serie, incluso, a la manera de otros programas de TV, ofrece entrevistas con familias que están pasando por tal circunstancia para reforzar la realidad del hecho. Entre las estrategias ofrecidas por la serie a los padres están el dialogo abierto, y ciertos cambios en comportamiento que pueden ser incluidos en la rutina habitual de la familia.

Interesantísimo experimento el de Taller Sésamo. Nuestra tendencia como adultos a aislar a los niños en momentos de dificultad económica en la familia hasta que estos son inocultables puede no ser la mejor manera de manejar una situación de estrés económico en el hogar. Los niños son blanco perfecto en nuestras sociedades de consumo, por ello bien vale la pena aplaudir iniciativas como estas que buscan crear una mayor conciencia en los pequeños de lo que significa vivir en una economía de mercado. El alfabetismo económico empieza por casa.