“Todo el mundo dice que el carácter es importante para el liderazgo pero poca gente sabe cómo construirlo. Este curso estudia una escuela de construcción de carácter, una que enfatiza la modestia y la humildad. Las estrategias que se van a cubrir parten de una misma premisa –los seres humanos han sido bendecidos con muchos talentos pero también con cargas tales como pecado, ignorancia y debilidad. El carácter emerge de la lucha interna de cada ser humano en contra de sus propias limitaciones”. Así describe David Brooks, columnista del periódico New York Times, escritor y analista político su “Curso de la humildad”, una materia que actualmente dicta en la Universidad de Yale en los Estados Unidos.
Cinco, ¿Cómo se describe en la
biblia el heroísmo? Se estudia a Moises, considerado el hombre más humilde del
mundo, y la tradición judía de formar carácter a través de la obediencia de la
ley. Seis, ¿Cómo concibió San
Agustín el orgullo y el pecado? Se estudia cómo construir un código moral a
partir de la virtud de la humildad. Siete,
¿Cómo podemos entendernos mejor?. Ocho,
Burke, o ¿Por qué el poder de la razón es débil y es más inteligente basar los
juicios en prejuicios justos y en la tradición?. Nueve, ¿Cómo convertir la humildad cristiana en servicio político? Se
estudia a Florence Perkins y Dorothy Day. La primera dedico su vida a la
seguridad en el lugar de trabajo y la segunda fundo organizaciones católicas de
acción social.
Diez, ¿Es
el hombre un peligro para sí mismo? ¿Es el poder inherentemente corruptor?. Once, dedicada a la decencia y la
modestia social, en el contexto de sociedades modernas que son cada vez más
desiguales ¿Cuál es el efecto de la competencia por status y el deseo por la
distinción social?. Doce, dedicada a
la modestia cognitiva, la evidencia indica que muchas de nuestras decisiones
son tomadas de manera intuitiva por nuestro cerebro sin consultar al ser
racional que creemos ser, entonces ¿Cómo tomar decisiones y calcular riesgos si
no podemos estar seguros de nuestro propio cerebro?. Y trece, no importando el
punto de partida de cada uno es el destino el que determina lo que se termina
haciendo, ¿Quién puede controlar el destino?. Bien nos caería a todos y en especial a los líderes nacionales, tanto empresariales como académicos y políticos un cursito de humildad como estos.