jueves, 19 de marzo de 2009

Respuesta de Martha P. Castellanos a columna "Computadores para Educar"

(Carta publicada en El Mundo el 19 de Marzo de 2009)
Señor director:

Con sorpresa leímos la columna titulada “Buena idea, sin el impacto deseado”, escrita por el señor Sergio Prada en el periódico EL MUNDO de Medellín (17-03-09, pág. 2), en donde desconoce aspectos importantes del impacto de Computadores para Educar y saca de contexto un estudio de caso, contratado por el propio Programa en 2006 con Fedesarrollo, el cual buscó medir su impacto en algunas variables sobre las cuales se tiene control directo, y otras sobre las cuales no tiene incidencia directa. El estudio fue aplicado a 100 sedes educativas de las cuales 50 han sido beneficiadas por el Programa y las restantes 50 hacen parte del grupo de comparación.

En el estudio, los autores del mismo, afirman que “es posible medir el impacto educativo del Programa sobre los alumnos en las escuelas beneficiadas por el Programa. Por un lado se midieron variables sobre las cuales el Programa tiene un control directo, como son número y uso de computadores en la escuela por medio de encuestas a alumnos y profesores. Por otro, se midió el impacto de Computadores para Educar sobre un grupo extenso de variables, sobre las que el Programa no tiene control directo como son, entre otras, asistencia al colegio, tasas de repitencia, tasas de deserción, horas de estudio, resultados en pruebas estandarizadas, actitud de alumnos y profesores hacia el colegio, e indicadores de cooperación”, los cuales a todas luces no son responsabilidad de este Programa sino de políticas de mediano y largo plazo.

Sobre estas últimas variables, de las cuales no tiene control Computadores para Educar, en el mismo informe se aclara: “algunas variables son estructuralmente más difíciles de modificar en el corto plazo debido a que dependen de múltiples factores. Por ejemplo la producción de resultados en pruebas estandarizadas dependen de las características de profesores, colegios y alumnos/familias. En este caso, modificar dicho tipo de variables por medio de un programa específico puede tomar tiempo y posiblemente, este tipo de variables se clasificarían como de largo plazo”. Es de anotar, que el estudio se realizó entre 2006 y 2008, y al momento de terminarlo no se había finalizado la estrategia de acompañamiento educativo en las 50 sedes objeto del estudio.

Como lo anotamos arriba, algunas variables están bajo control directo del Programa, como son el número de computadores en el colegio y la aplicación de la nueva tecnología en el salón de clase. En este aspecto, el mismo estudio entre otras conclusiones, afirma que:

“En primer lugar es importante señalar que el Programa efectivamente ha aumentado el número de computadores en los colegios tratados. En efecto, en promedio los colegios en el Programa reportan tener 20.9 computadores, en contraste con 5.6 en el grupo de comparación”.

“44% de los profesores de lenguaje en el grupo de tratamiento respondió afirmativamente, comparado a un 18% del grupo de comparación”.

“Los estudiantes en el grupo de tratamiento reportan un incremento del 20% en respuesta sobre uso de computadores con el propósito de aprender y un 7% de diferencia de uso del computador para realizar investigación frente al grupo de control”

Además de lo expuesto en el estudio, resaltamos que desde 2004 Computadores para Educar ha realizado acompañamiento educativo a 5.920 sedes educativas, llegando a más de 47 mil docentes, de los cuales se han formado en apropiación de las TIC para uso pedagógico 24.240 de ellos.
Es preciso anotar que el acompañamiento educativo hecho por el Programa ha sido en convenio con universidades como la Industrial de Santander, la Autónoma de Bucaramanga, la del Cauca, la de Córdoba, la Universidad de Antioquia, la Pedagógica Nacional y la Distrital Francisco José de Caldas, las cuales han desarrollado a través de software educativo especializado trabajos pedagógicos y han fomentado el conocimiento en las diferentes asignaturas.

Sólo en 2008 Computadores para Educar realizó acompañamiento educativo a 1.968 sedes, realizando más de 12 mil jornadas pedagógicas, de las cuales en 3.823 se formó a los docentes en matemáticas, en 5.140 en lenguaje, en 3.489 en Ciencias Sociales y en 4.542 en Ciencias Naturales, entre otras áreas manejadas.

Por lo expuesto, Dr. Gaviria, le solicitamos de manera atenta publicar una columna o artículo de opinión donde se expresen estos puntos que contextualizan la información entregada por el columnista Sergio Prada y permiten a los lectores de su prestigioso periódico tener apreciaciones más ajustadas a la realidad de la labor social realizada por este Programa en los sitios rurales más apartados del país y que es completamente ajena de “la retórica fácil, triunfalista y politiquera”, a la que el columnista hace referencia.

Agradezco su amable atención a este trascendental tema para el Programa a mi cargo.
Cordial saludo,

Martha P. Castellanos S.

Directora Ejecutiva
Computadores para Educar

miércoles, 4 de marzo de 2009

Computadores para educar

(El Mundo, Marzo 17 de 2009)
El programa Computadores para Educar del Ministerio de Comunicaciones es un programa de reuso tecnológico cuyo objetivo es brindar acceso a las tecnologías de información y comunicaciones a instituciones educativas públicas del país, mediante el reacondicionamiento, ensamble y mantenimiento de equipos. De igual forma el programa busca promover el uso y aprovechamiento significativo de computadores en los procesos educativos, a través de la implementación de estrategias de acompañamiento educativo y apropiación de las Tecnologías de la Información. El programa inicio en 2002. Como ha funcionado?

Según un reciente comunicado de prensa (22 Enero de 2009): el 75% de los colombianos encuestados acerca de la calidad de los servicios que ofrece el programa en zonas rurales del país los calificó como “muy buenos”, de acuerdo con una encuesta realizada en 2008. La Directora Ejecutiva de Computadores para Educar, Martha Castellanos destacó en el mismo comunicado que este “es un resultado que nos motiva a seguir avanzando, al revelar el multi impacto que hemos desarrollado en Computadores para Educar, a nivel ambiental, socioeconómico y fundamentalmente educativo, como generador de habilidades en niños y jóvenes que les permitirán ampliar sus oportunidades de progreso, mostrando de tal manera evidenciar el impacto en los sectores que son nuestro objeto social”.

Sin embargo, este mismo optimismo no es compartido por una reciente y rigurosa evaluación del programa, cuyos resultados acaban de ser publicados (17 de Febrero 2009). La evaluación hecha por Felipe Barrera (Banco Mundial) y Leigh Linden (Universidad de Columbia, NY) llega a tres conclusiones. El programa es exitoso en incrementar el número de computadores en las escuelas y también es exitoso en incrementar el uso de los mismos por parte de los estudiantes. Pero, a pesar de esto, el programa tiene mínimo impacto en el aprendizaje de Español y Matemáticas, al menos en exámenes estandarizados. Finalmente, también se encontró que el programa tiene un impacto mínimo en otras variables de tipo académico, tales como: número de horas dedicadas a estudiar, percepción de la escuela, y las relaciones con los compañeros de la escuela.

Barrera y Leigh, sugieren como posible explicación al mínimo impacto encontrado, el énfasis que los profesores han hecho en el uso del computador como maquina y no como herramienta pedagógica.

Este ejemplo ilustra perfectamente la retorica fácil, triunfalista y politiquera que tanto confunde al ciudadano bienintencionado pero desinformado. Pero también da luces de esperanza. Solo mediante evaluaciones serias los colombianos por fin sabremos qué impacto tienen los programas financiados con nuestros impuestos. Computadores para Educar es otra buena idea que falla en su implementación.

martes, 3 de marzo de 2009

Paternalismo libertario

(La Patria, Marzo 16 de 2009)
Este es el tema central de uno de los libros de Economía y Política Publica más aclamados del 2008. El libro se llama “Nudge”, lo que traduce literalmente “Codear”. En palabras simples, el paternalismo libertario sugiere a los diseñadores de programas públicos la necesidad de diseñar intervenciones que deliberadamente impulsen a las personas, sin cohesión y sin afectar su libertad de escoger, hacia acciones que les beneficien en el largo plazo. Los autores son Richard Thaler y Cass Sunstein, profesores de economía y leyes, respectivamente, en la Universidad de Chicago.

El libro parte de un principio increíblemente olvidado por la economía tradicional: los seres humanos no somos perfectamente racionales, no somos computadores ambulantes y por ende nos equivocamos frecuentemente. Y lo que es peor aún, luego cargamos con las consecuencias de nuestras decisiones por mucho tiempo. Ahorrar es quizá el mejor ejemplo. Todos sabemos que ahorrar es necesario, pero usualmente el consumismo nos gana. Sin embargo un pequeño empujoncito puede ser todo lo que se necesite. Se ha demostrado, por ejemplo, que la gente ahorra más cuando las empresas descuentan directamente un porcentaje para fondos de ahorro de empleados que cuando estas no lo hacen.

La propuesta del paternalismo libertario se fundamenta en las enseñanzas de cientos de experimentos conducidos por economistas y sicólogos. Una rama del conocimiento llamada “economía del comportamiento”. Estas enseñanzas son: la gente tiende a escoger el camino del menor esfuerzo; las personas se equivocan sistemáticamente aun en tareas simples; la mejor forma de mejorar en algo es obteniendo constante retroalimentación; las personas tienen dificultades en predecir las consecuencias de sus escogencias; aun en situaciones complejas las personas tienden a tomar decisiones usando reglas simples; y, las personas se motivan más fácilmente cuando hay incentivos de por medio.

El paternalismo libertario se aplica mejor en situaciones en las cuales las personas se enfrentan a decisiones que son difíciles y cuya frecuencia es muy baja (comprar casa), situaciones en las cuales los efectos de ciertas acciones no son evidentes (comprar, fumar, comer y tomar compulsivamente) y situaciones en donde aun teniendo completa información, el individuo no tiene capacidad de analizarla porque es una tarea de expertos (escoger seguro médico).

Thaler y Sunstein no abogan por la intromisión del Gobierno en las decisiones privadas. Ni tampoco sugieren que este tipo de diseños apliquen en todos los casos. Sin embargo, es absurdo desconocer que los seres humanos erramos con frecuencia. Porque no incorporar pequeños “codeos” en nuestros programas públicos. Sin duda este libro debería ser lectura obligada para todo servidor público.