(El Mundo, agosto 13 de 2016)
Los resultados de una encuesta a 270 científicos o
estudiantes de ciencias alrededor del mundo muestran cuales son los siete problemas
más grandes que enfrentan los investigadores en el mundo.
Este trabajo periodístico liderado por Julia Belluz, Brad
Plumer, and Brian Resnick y publicado en Vox señala cómo primer problema la
financiación. Para hacer estudios se necesita dinero, y cómo es obvio este
escasea. Cuando las fuentes públicas se agotan, la siguiente opción es la financiación
privada. Pero no hay financiación privada sin intereses privados.
El segundo problema, derivado del primero, es que cada vez
más se exige a los científicos resultados espectaculares, hallazgos que cambien
el mundo y que solucionen los grandes problemas. Se espera que los científicos
se conviertan en una suerte de celebridades. Y son estos científicos estrella,
los que se llevan el dinero. Esto genera presión por resultados, lo que muchas
veces termina en estudios mal diseñados, o peor aún en fraude.
Lo que nos lleva al tercer problema: la replicabilidad de
los estudios. Cada vez con mayor frecuencia se encuentra que los resultados de algunos
estudios famosos no pueden repetirse. No necesariamente se trata de fraude,
algunos estudios fueron hechos en condiciones tan particulares que simplemente no
es posible hacerlos de nuevo. El problema es que hay industrias enteras que
pueden estarse lucrando de lo que podríamos denominar engaños masivos por
estudios mal diseñados.
El cuarto problema de la ciencia actual es su sistema de
pesos y contrapesos. El proceso de revisión de pares, según el cual los colegas
del científico juzgan la calidad del estudio para su posterior publicación,
tiene serios problemas. El más grande de todos son los sesgos por ideología o
por teoría.
El quinto problema es la diseminación del conocimiento. Lo
que muchos no saben es que en el mundo científico hay que pagar por tener
acceso a los artículos académicos. Se calcula que un estudiante de doctorado que
no tenga la suerte de estar en una universidad con buenas suscripciones a revistas
científicas tendría que pagar hasta mil dólares semanales durante su etapa de
revisión de literatura.
El sexto problema es la diseminación al público general del
conocimiento en un lenguaje apto para no expertos. Hoy es muy frecuente que se
deje esta tarea tan importante en manos de personas inexpertas en los medios de
comunicación.
El último problema identificado es el alto nivel de estrés que
tienen los jóvenes científicos, se ha documentado que los niveles de depresión
y ansiedad en estudiantes de doctorado es muy alto.
La encrucijada de las ciencias es real, aunque esto no quiere decir que se van a acabar los científicos, si es cierto que se necesita corregir los problemas mencionados para avanzar hacia una sociedad que se apoye en una mejor ciencia.
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