(El Mundo, Febrero 27 de 2014)
En los círculos académicos de políticas de salud, se habla de la medicina basa en los pacientes como el nuevo principio rector en la definición de acciones y programas. El mismo principio debería aplicar para todas las interacciones (no penales) del gobierno con sus ciudadanos.
En los círculos académicos de políticas de salud, se habla de la medicina basa en los pacientes como el nuevo principio rector en la definición de acciones y programas. El mismo principio debería aplicar para todas las interacciones (no penales) del gobierno con sus ciudadanos.
La
medicina basada en el paciente consiste en diseñar el cuidado y la relación
entre el sistema y el paciente alrededor de las necesidades de este último y no
del equipo médico o de una institución. Por ejemplo, cambiar un sistema
centrado en el medico a uno en el paciente, significa redefinir los indicadores
de éxito o fracaso de un tratamiento para incluir la opinión de los pacientes,
el grado de aceptación o desaprobación, la calificación de la experiencia como
consumidor y los cambios que haría.
Cualquiera
que haya tenido que hacer una vuelta o diligencia con una oficina de gobierno se
ha dado cuenta de que el gobierno es el centro y no los ciudadanos. Esta
relación jerárquica es ilógica (porque son nuestros impuestos los que están
financiando dicha operación) y derivada de la forma en que los abogados (quienes
por décadas han diseñado las instituciones públicas) ven la relación ciudadano
gobierno. Pero además de ilógica es
autodestructiva porque cada vez aleja más al ciudadano del gobierno. Justo lo
contrario al deber ser.
Muchas
transacciones que hacemos con el gobierno deberían simplificarse y acercarse
literalmente al ciudadano para beneficio mutuo. Un gobierno centrado en los
ciudadanos buscaría a la gente y le ayudaría a hacer sus transacciones. Tomemos
el caso de Dian, especialmente ahora que los topes de declaración se han bajado
significativamente. Anticipo que esto será un caos, va a reinar la
desinformación y mucha gente que quería cumplir con la ley no lo hará.
¿Una posible
solución? Diseñar un formato de pago de impuestos muy simple, de fácil
diligenciamiento y que se pueda pagar en miles de puntos, incluyendo supermercados y tiendas de barrio. Junto con
esto, un conjunto de herramientas de ayuda, tal y como lo haría el sector
privado, como: páginas web, call centers y grupos de individuos que resuelvan
dudas en sitios típicos de aglomeración de personas como supermercados, centros
comerciales, universidades, colegios, zonas industriales, áreas de oficinas,
etc.
Un
gobierno centrado en los ciudadanos no es tan difícil, las herramientas están.
Creo que la ilegalidad (o la morosidad) en que muchas transacciones se dan es
mas el fruto de un gobierno alejado del ciudadano que una acción malintencionada
por parte de los individuos.