miércoles, 30 de julio de 2014

El talento que no será

(El Mundo, Julio 31 de 2014)

Julio de 2014 podría ser el peor mes que se recuerde en décadas para la tecnocracia, en especial la dominada por los economistas. Tres hechos así lo demuestran: la condena de Arias, la salida de Ortega y la amenaza de recortar el presupuesto de Colciencias hecho por el Ministro de Hacienda. Los tres funcionarios tienen en común una solida  formación académica como economistas, todos con estudios doctorales y con una vida paralela de docencia. En estos casos particulares, la fidelidad e infidelidad a lo predicado en salones de clase esta dejando huellas en las generaciones futuras de tecnócratas.

El caso Arias ha sido ampliamente discutido en los medios desde lo legal. Y aunque ya otros columnistas lo han dicho, lo cierto es que la sentencia de este mes, deja en firme un miedo que ya venia rondando entre los tecnócratas mas jóvenes, y que se puede resumir en una pregunta ¿valdrá la pena ser funcionario publico y asumir los riesgos personales que esto implica?. Mas allá de lo justo o injusto de la condena, el resultado es perdida de talento humano. Muchos decidirán no apostarle a la administración publica gracias al caso Arias.

Otro caso de infidelidad a las lecciones de libros y del deber ser predicado en aulas es la amenaza de Planeación Nacional y del Ministerio de Hacienda de recortar recursos a Colciencias. Es ciertamente desconcertante que instituciones que tantas veces han advertido que el crecimiento económico es función de la inversión en investigación sean los encargado de limitar los recursos para esta actividad. Hasta ahora es solo una amenaza, y como dicen los entendidos, es simplemente parte del juego anual de quita y dame entre agencias del gobierno. De ser ciertos los recortes, habrá mas talento humano desperdiciado, esta vez en estudiantes de doctorado y jóvenes investigadores que ya no lo serán.

Finalmente, otros por fieles a la doctrina, al deber ser, resultaron quemados. Ortega, exdirector de la Dian, salió según lo conocido en medios porque los capos del contrabando y del narcotráfico así lo decidieron. ¿Cómo? Con la creíble amenaza de asesinar a el y a su familia. Absolutamente increíble. Hay que abonarle al gobierno la sinceridad de no tapar su salida con un cuentico, pero el mensaje no podría ser peor: “nos toco cambiarlo, porque no tuvimos como defenderlo de los capos”.

Los casos descritos, dejarán marcas nada despreciables en las generaciones actuales y futuras de economistas. Talento humano que se alejara de la administración publica y talento humano que dejara de formarse. Gracias a Dios Julio de 2014 ya se acabo.

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