(El Mundo, Mayo 31 de 2018)
Por allá en las elecciones norteamericanas de 1992 los
publicistas de la campaña presidencial de Bill Clinton acuñaron una famosa
frase, que para mi gusto tendrá toda la vigencia en las elecciones que se
vienen en tres semanas. Frente a un desastroso gobierno en términos económicos
de Gorge H Bush, “Es la economía, estúpido”, fue la frase de campaña que se utilizaba
para recordarle de manera bastante directa al electorado porque debían votar
por Bill Clinton.
Las elecciones que acaban de pasar llevaron a Duque y a
Petro a ser los dos finalistas a la presidencia. Estas dos campañas ganadoras se
montaron sobre el miedo. Los unos a Uribe y los otros a Maduro. Ya está claro cuántos
le tienen miedo al uno y al otro, y que ni locos van a cambiar su voto. Y ahora
hay 6.5 millones de colombianos que no votaron por miedo que están indecisos. ¿Cuál
será el factor decisivo?.
Las propuestas no lo serán. Estos 6.5 millones son escépticos
y no creo que se vayan a poner a comparar ideas. Se viene una decisión emocional
para este grupo. Y allí creo que será decisivo el status quo. Según una hipótesis,
que comparto, los individuos votan de acuerdo con sus intereses económicos. En
términos sencillos, si la economía personal va bien, un individuo tiene todos
los incentivos para votar en aras de mantener el status quo, sin importar que
partido está en el poder.
De ser así, los 8 años del gobierno de Santos serán el
factor decisivo en esta elección. Colombia es sin duda alguna un país mucho más
avanzado y mejor que el que recibió. No existe indicador social o económico que
no haya mejorado: la pobreza, el desempleo, el crecimiento económico (dado el
contexto internacional), la situación de violencia rural (dado el proceso de
paz), entre otros. Además Colombia acaba de ser aceptado a la OCDE, a la OTAN y
además recibió el respaldado del FMI. Todos
clubes de países con sistemas económicos basados en el respeto a la economía de
mercado.
Pienso que no hay muchas personas dentro de los 6.5 millones que quieran arriesgarse a un cambio en el status quo. Las buenas políticas económicas y sociales de Santos, elegirán a Duque. Esas son las ironías de la vida.
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