(El Mundo, febrero 12 de 2015)
Un artículo publicado
recientemente en el periódico New York Times por Ron Lieber propone que los
padres sean transparentes con sus hijos respecto a cuánto dinero ganan, y mientras
más temprano en la vida mejor. De acuerdo con Lieber, ésta puede ser una de las
lecciones más valiosas para un niño. La propuesta es interesante, con
argumentos a favor y en contra.
A favor, está el
aprendizaje a temprana edad de dos conceptos económicos fundamentales: la restricción
presupuestal y el costo de oportunidad. Tener un ingreso que no alcanza para
cubrir todos los deseos es la restricción presupuestal. Aprender que gastar en algo es a la vez
sacrificar el consumo de algo más, es el costo de oportunidad del dinero.
Otros argumentos a
favor, segun Lieber, se refieren a que en el mundo digital en que vivimos se
hace más fácil para los niños averiguar, directa o indirectamente, cuánto
dinero ganan sus padres. Y además tarde o temprano lo sabrán, razón por la cual
es mejor adelantarse antes de que los hijos saquen conclusiones erradas que
modifiquen la percepción que tienen de sus padres. También, está la posibilidad
de crear la conciencia financiera en el niño, lo que le permitiría entender
mejor situaciones familiares futuras donde el dinero sea escaso.
Los contradictores de
la idea piensan que un niño no entendería la cifra, y que esto lo puede llevar
a una situación de estrés innecesaria si la situación es difícil; o de extra seguridad
infundada, e incluso “matoneo” frente a otros niños si la situación es de
abundancia. En contra también está el argumento de que los niños no saben
guardar secretos y por ende no sería nada agradable que el ingreso familiar
fuera la noticia del barrio o del entorno social.
Al igual que otros
temas tabú como sexo y drogas, lo cierto es que la iniciación financiera recae
sobre los padres y no sobre el sistema educativo. Seguro que existen soluciones
creativas ante este dilema. Una puede ser expresar el ingreso en términos
genéricos, por ejemplo sobre un número cerrado como 100, llegar a casa con 100
billetes de papel y mostrarle al niño cuanto de ese ingreso se destina a los
diferentes gastos del hogar.
Como casi todo, lo que se aprende bien de niño puede traer grandes beneficios para el resto de la vida. Una buena iniciación financiera, puede hacer la diferencia. Los estudios muestran que en general, incluso en el mundo desarrollado, la mayoría de los adultos son analfabetas financieros. Un impedimento que los hace más vulnerables en el complejo mundo moderno.
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