(El Mundo, Octubre 24 de 2013)
Un famoso psicólogo de la Universidad de Harvard (Dan Gilbert) afirma que la mejor manera de conocer el futuro es hablar con las personas que lo están viviendo. Si usted quiere saber cómo será su vida en 10 años, hable con alguien que hace lo que usted hace y tiene 10 años más. Algo similar aplica para los hechos económicos, si uno quiere saber qué va a pasar en unos años, una buena forma de “hablar” con el futuro es revisando lo que pasa en países más avanzados.
Un famoso psicólogo de la Universidad de Harvard (Dan Gilbert) afirma que la mejor manera de conocer el futuro es hablar con las personas que lo están viviendo. Si usted quiere saber cómo será su vida en 10 años, hable con alguien que hace lo que usted hace y tiene 10 años más. Algo similar aplica para los hechos económicos, si uno quiere saber qué va a pasar en unos años, una buena forma de “hablar” con el futuro es revisando lo que pasa en países más avanzados.
Christopher Smith, un economista de la Reserva Federal de
los Estados Unidos público un artículo muy interesante llamado “La dinámica de
la polarización de los mercados laborales”. La polarización consiste en la
persistente disminución de la participación de los trabajos de complejidad media
(por ejemplo, asistentes administrativos) y el consecuente incremento de
trabajos de complejidad baja (por ejemplo, ventas) o alta (por ejemplo,
profesionales). Smith define una cuarta categoría para trabajos como la
construcción, la extracción, y el transporte. La complejidad, en mercados
laborales, va ligada a la remuneración y por ahí a la desigualdad del ingreso.
Smith muestra que la reducción del empleo de mediana
complejidad se debe a dos tendencias, una mayor salida de estas personas hacia
el desempleo o la cuarta categoría, y una menor movilidad de personas desde el
desempleo hacia los empleos de mediana complejidad. Es particularmente
preocupante que este último fenómeno se ve en trabajadores jóvenes sin
educación universitaria, e incluso en jóvenes con educación superior.
Las recesiones económicas son especialmente trágicas para
este tipo de trabajadores por dos razones. En primer lugar, una vez se
destruyen los trabajos medios, la tendencia es a no crearlos de nuevo o a crear
muy pocos. En segundo lugar, los trabajadores que son despedidos de trabajos
medios tienden a quedarse en el desempleo, en lugar de emplearse de nuevo en
trabajos de baja complejidad. La buena noticia que trae la polarización (para
algunos) es que con la mayor demanda por trabajos de alta complejidad, la
transición de medio a alto es posible y está creciendo.
En Colombia y Latinoamérica existe una retórica que está ganando muchos adeptos según la cual la clase media está creciendo y gracias a ella se solidifica el crecimiento económico desde adentro. La tendencia observada por Smith para el mercado laboral estadounidense data desde la década de los ochenta, cuando la misma retorica reinaba allá. Así las cosas, asumiendo qué el boom de la clase media colombiana está asociado a generación de empleo de complejidad media, se torna muy importante diseñar instrumentos para medir el trabajo de acuerdo con su complejidad y remuneración y diseñar política para protegernos de la polarización que podría traer el futuro.
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