(El Mundo, Junio 23 de 2009; La Patria, Junio 23 de 2009)
Un hecho relativamente insólito ha pasado inadvertido en el mundo económico. El 1 de Abril de 2008 el Reino Unido estableció una agencia pública denominada la Autoridad Estadística del Reino Unido. Esta organización es un cuerpo independiente que opera a una distancia prudente del gobierno como un departamento no ministerial, y cuyos funcionarios solo responden al Parlamento.
El objetivo definido por los estatutos de esta entidad es promover y salvaguardar la producción y publicación de estadísticas oficiales que sirven el bien público. De igual manera sus estatutos obligan a esta entidad a promover y salvaguardar la calidad y entendimiento de las estadísticas oficiales, y asegurar buenas prácticas en relación con el uso de estadísticas oficiales.
La principal función de esta nueva entidad es ejercer un escrutinio independiente (monitoreo y valoración) de todas las estadísticas oficiales producidas en el Reino Unido. Para asegurar su independencia, esta nueva entidad está financiada por los impuestos generales. Y con el mismo fin, el Parlamento decidió que su presupuesto no será discutido por el gobierno en su proceso de presupuestación anual y que su partida presupuestal estará sujeta a revisiones periódicas con incrementos determinados por formulas.
Aunque a primera vista suena a una comisión mas de burócratas, la entidad ha empezado a dar de que hablar en el Reino Unido. En la actualidad se encuentran auditando las estadísticas que han justificado políticas públicas y en particular programas públicos en temas tan delicados como educación y criminalidad.
Por ejemplo, en Diciembre 12 de 2008, la oficina del Primer Ministro Brown citó la reducción en un 27% de jóvenes admitidos en hospitales a causa de heridas con cuchillo como una cifra que demostraba el éxito de las políticas de seguridad de su gobierno. La Autoridad Estadística cuestionó esta cifra y acuso a la oficina del Primer Ministro de selectividad en el uso de la información a su favor.
La carta de Sir Michael Scholar, director de la entidad, al gobierno dice: “Espero que usted estará de acuerdo conmigo en que la publicación de cifras no verificadas estadísticamente de manera prematura corroe la confianza del público en las estadísticas oficiales, y es incompatible con los altos estándares que todos buscamos establecer”.
En Colombia, todos lo sabemos, esto le habría costado la cabeza a quien firmara tal carta. La respuesta de la Oficina del Primer Ministro Brown fue por el contrario la adecuada: reconocer el error. No hay duda de que Colombia está en mora de crear una autoridad como esta. Solo Dios sabe cuántas cifras manipuladas habrán servido de base para justificar la financiación de programas innecesarios. (Visite http://www.statisticsauthority.gov.uk para más información).
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