jueves, 5 de abril de 2018

Innovar en la financiación pública

(El Mundo, abril 5 de 2018)

La inseguridad en las ciudades sigue siendo uno de los problemas que más preocupan a los colombianos. Es claro que la fuerza pública es insuficiente y que este hecho es aprovechado por los delincuentes para desprender a los ciudadanos de su propiedad privada. Es claro también que los presupuestos públicos son limitados y deben repartirse entre los distintos bienes y servicios que como ciudadanos demandamos de nuestros gobiernos locales: salud, educación, infraestructura, transporte masivo, justicia, etcétera. También es un hecho demostrado que en Colombia somos campeones de la elusión y de la evasión tributaria. Finalmente, muchos argumentan que evaden o eluden impuestos porque teme que los corruptos se los roben, en otras palabras, porque no los ven reflejados en bienes públicos.


El gobierno nacional ha comenzado a entender que es posible romper este círculo vicioso. El programa “Obras por Impuestos” conecta al contribuyente directamente con obras de impacto visible. El programa aplica para las zonas afectadas por el conflicto, pero como idea podría expandirse a las ciudades para atacar los problemas que mas apremian a nivel local, al nivel de comuna o incluso de barrio.

En el tema de la seguridad urbana podría ser un primer experimento. La experiencia de grupos civiles armados es nefasta y ha mostrado ser peligrosísima. Pero, lo que si podría hacerse es financiarse con recursos de la comunidad o del barrio directamente a la policía para que cubriera una zona especifica e hiciera presencia permanente. Habría que afinar el valor que cobraría la policía por este servicio y la forma en que las comunidades pudieran descontarse este valor de sus impuestos.

Pero sería una forma de aumentar el pie de fuerza policial, en el marco de la institucionalidad vigente, con recursos públicos pero gestionados directamente por la comunidad con efectos visibles directa e inmediatamente. Podría por ejemplo rodearse permanente los colegios o escuelas, los parques o los lugares de mayor circulación. Este modelo podría extenderse a otros servicios financiados con recursos públicos que son claves para mejorar la convivencia en las ciudades. La movilidad, es otro de ellos. Por ejemplo dedicando agentes de transito exclusivamente a ciertas zonas donde las personas no cumplen las reglas de transito.


En general, tenemos que innovar en la forma de financiar un aumento en el numero de servidores públicos necesarios para una mejor convivencia en comunidad, con modelos de gestión donde los ciudadanos ven sus impuestos reflejados inmediatamente en solucionar los problemas que mas les aquejan.

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