(El Mundo, diciembre 14 de 2017)
Cualquier padre que tenga un adolescente debe
estar aterrado de los peligros de la sociedad moderna. Pensará que las cosas
han empeorado, que en su época, las cosas eran distintas y más seguras. Hasta
cierto punto tiene razón, hay más riesgos, pero también hay más información y
los adolescentes la están usando.
Un análisis histórico muy interesante de
la frecuencia de iniciación de actividades de los adolescentes en los Estados
Unidos, muestra que los jóvenes están demorando cada vez más el hacer ciertas
cosas, riesgosas y no riesgosas, en comparación con sus padres o sus abuelos.
Por ejemplo mientras a finales de la
década de los setenta, el 86% de los jóvenes bachilleres ya habían salido
formalmente a una cita, en 2015 lo habían hecho el 63%. Una cifra que va de la
mano es la caída en la frecuencia de relaciones sexuales, mientras en 1991, el
54% ya habían tenido una relación, este porcentaje cayó a 41% en 2015. En
términos de uso de alcohol, en los setentas, el 93% ya lo habían probado,
mientras que en 2015, este porcentaje bajó a 67%.
Esas son todas buenas noticias. Los
jóvenes parecen ser más sanos en la actualidad y probar menos cosas a temprana
edad.
No obstante, el mercado laboral no pinta
bien para esta generación. En los setenta, 76% habían ganado dinero trabajando,
para 2015 este número bajó a 55%. De hecho los jóvenes se declaran muy
insatisfechos en el mercado laboral según el periodista británico Simon Sinek.
El autor asegura que se debe a cuatro características: la crianza de los
padres, la tecnología, la impaciencia y el ambiente laboral.
Los jóvenes actuales vienen de hogares
donde sus padres los protegieron del fracaso, y el mundo laboral es todo menos
protector, allí se es bueno o se es eliminado. La tecnología los hace menos
sociables y bien se sabe que en el mercado laboral se necesita mucha
inteligencia emocional. La otra característica es la impaciencia, los jóvenes quieren
una aplicación que resuelva todo ya, olvidándose que en el mercado laboral hay
procesos y que la excelencia solo se logra después de miles de horas de práctica.
Y finalmente, el ambiente laboral actual está diseñado con las reglas del siglo
pasado, y esto no inspira a los muchachos de hoy.
Muy interesante pues lo que muestran los datos, los jóvenes hoy en día son más juiciosos pero no necesariamente en lo laboral. Vamos a ver si ellos cambian el mercado laboral o el mercado laboral los cambia a ellos.
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