(El Mundo, agosto 10 de 2017)
En 2019 la Universidad de Vermont abolirá por completo la clase
magistral o catedra como lo llamamos coloquialmente en las universidades
colombianas. Otras universidades en Estados Unidos lo vienen haciendo
en algunas facultades, por ejemplo la escuela de Medicina de Case
Western Reserve University no tiene clases magistrales desde 2004.
La clase magistral es un invento del medioevo, por allá en el siglo
catorce. La etimología de la palabra viene del griego lectus que
significa “leer”. Como es obvio en el medioevo no existían múltiples
copias del mismo libro y por ende el método más lógico de enseñar era el
de un profesor lector y unos estudiantes tomando apuntes. Ochocientos
años después, el método de enseñanza en muchas universidades sigue
siendo el mismo.
Existen estudios suficientes para mostrar que el método de clase magistral es el más ineficiente. Es
decir, tanto el profesor como los alumnos están literalmente perdiendo
su tiempo. La retención de material por el alumno es muy baja y el nivel
de frustración por parte del profesor es muy alto.
Existe una alternativa a la clase magistral que se llama el
aprendizaje activo. En esta el profesor propone problemas a los
estudiantes, teóricos o prácticos, y estos deben intentar resolverlos
por si mismos o en conjunto con sus demás compañeros.
¿Y porque entonces el mundo entero no se ha movido a la metodología
activa? Por la comodidad que representa el viejo sistema. El aprendizaje
activo es mucho más exigente para el profesor. Tiene que atender
múltiples preguntas, de múltiples personas en simultánea, lo que vuele
la clase difícil, especialmente cuando el nivel de los estudiantes varía
demasiado. Además, preparar los distintos ejercicios toma más tiempo y
dedicación. A su vez, este modelo es más exigente para el alumno ya que debe llegar preparado a clase, cosa que muy pocos hacen.
El sistema educativo universitario está atrapado en un modelo
medieval del cual debemos salir pronto. Algunas universidades en
Colombia lo están haciendo. Acabar la clase magistral es imperativo, las
universidades que avancen más rápido, le darán una ventaja tan alta a
sus egresados en el mercado laboral que será premiada con creces con más
matricula y mejores posiciones en los rankings. Es difícil pero por ahí
es el camino.
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