martes, 16 de mayo de 2017

Colombiano 2016

(El Mundo, mayo 18 de 2017)

Colombia sigue avanzando en calidad de vida según lo indican las cifras.     

Desde 1991 Colombia mide su calidad de vida a través de una encuesta que lleva el mismo nombre y que realiza el DANE. A partir de 2010 esta encuesta es anual y tiene representatividad para 9 regiones del país. Los resultados de la encuesta de 2016 han sido publicados recientemente. Gracias a esto podemos hacer un perfil con algunas de las características sociales y económicas del colombiano 2016. 

El colombiano 2016 vive en un hogar cada vez más pequeño. El número de personas por hogar promedio de una familia colombiana es 3.3, siendo menor el número en las ciudades (3.3) que en las zonas rurales (3.6). El hogar más común es donde viven “padres e hijos” (36%), pero resalta que el 25% de las personas viven “solas” o en “pareja y sin hijos”.

El colombiano promedio todavía prefiere la televisión al internet. Mientras que el 70% tiene suscripción a TV, el 46% tiene conexión a internet. Este último valor coincide perfectamente con el porcentaje de hogares que tienen computador: 45%.

El colombiano 2016 tenía 10 años promedio de escolaridad, es decir, llego hasta 9 grado o lo que para otros es cuarto de bachillerato. Pero la brecha entre campo y ciudad sigue siendo importante, más de dos años: 8.2 versus 10.4 respectivamente. El 84% de los estudiantes fueron a una entidad oficial, y de estos, el 97% no pago pensión.

El colombiano 2016 no paga hipoteca y no le alcanza la plata para ahorrar. De acuerdo con la encuesta sólo el 4% de los colombianos viven en “casa propia y la esta pagando”, mientras que la mayoría o vive en “casa propia y totalmente pagada” (43%) o vive en “arriendo” (37%). El hecho de que pocos estén endeudados tiene sentido porque según otra pregunta, para el 89% de los colombianos el ingreso del hogar solo alcanza para cubrir los gastos mínimos o no alcanza.

El colombiano 2016 se siente pobre. El 28% de los colombianos se consideran pobres, y esto es especialmente dramático en el campo donde el número sube a 56%.  

Y finalmente contrario a lo que vemos en los medios de comunicación, la gente se siente segura y además bien tratada por el sistema de salud. El 92% de los habitantes rurales indicó sentirse seguro, y en las ciudades así lo hizo el 80%. De forma similar, el 80% de las personas opinó que la calidad del servicio de la entidad de salud a la que están afiliadas era “buena” o “muy buena”. 

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