(El Mundo, Septiembre 10 de 2015)
La unidad administrativa política del municipio puede ser en
muchos casos inadecuada, tanto por defecto como por exceso. El nombre municipio
le queda grande a muchos lugares que por su baja densidad poblacional, o baja actividad
económica o simplemente por la baja capacidad institucional de sus habitantes
no es capaz de autogestionarse. A su vez, hay ciudades tan grandes que en
realidad son varios municipios en uno, y en muchos casos la unidad optima puede
ser más pequeña.
El modelo de gestión pública de grandes ciudades por unidades
autónomas más pequeñas es una alternativa que se da en otros lugares del mundo.
Lima, la capital del Perú es un buen ejemplo. En la jerga político
administrativa de este país, la provincia (ciudad) de Lima está dividida en 43 municipalidades.
Cada uno tiene autonomía y competencia sobre sus límites, pero tienen también
una obligación de coordinación con la municipalidad metropolitana. La autonomía
es política y económica. Los habitantes eligen un alcalde y un consejo; y también
pagan impuestos locales. Esta combinación hace a los ciudadanos más cercanos al
acontecer local y por ende más informados a la hora de exigir cuentas.
Surco es uno de esos distritos de Lima que vale la pena
conocer y estudiar, especialmente por su servicio de seguridad ciudadana. Surco
tiene 85 años de creación política, en el habitan unas 480 mil personas, y
según el presupuesto publicado en internet tendrá ingresos por 58 millones de
dólares para el año fiscal de 2015.
Con este presupuesto tiene, entre otros servicios, un
completo sistema de seguridad ciudadana coordinado por un centro de control de
operaciones (CCO). El sistema incluye una fuerza no armada llamada Serenazgo
que usando modernas patrullas, motos y otros medios de transporte recorre las
calles con el objetivo de salvaguardar el orden. El Serenazgo cuenta con más de
350 cámaras de vigilancia, las cuales son monitoreadas por el CCO y por 30
centros de observación y videovigilancia distribuidos por toda la
municipalidad. Estos centros descentralizados son edificios transparentes donde
se pueden ver a individuos en frente de monitores, y donde los vecinos pueden
acudir.
El CCO es el cerebro de todo el sistema, asignando unidades
y recursos dependiendo de las necesidades de seguridad del distrito. Trabaja 24
horas los 365 días del año. Incluye en su personal, miembros de la policía
nacional, un grupo de inteligencia encubierto, expertos en criminalística y expertos
en atención de desastres. Los ciudadanos pueden interactuar de múltiples
maneras con el sistema de seguridad, entre ellas mediante una aplicación para
teléfonos inteligentes llamada el botón de alerta, que permite enviar alertas
en tiempo real y con ubicación satelital precisa.
El Serenazgo no es único de Surco, otras municipalidades lo tienen, y como es natural, algunos funcionan mejor que otros. El modelo dista de ser perfecto, pero es sin duda una alternativa que bien podría estudiarse para Colombia. No debemos olvidar que el problema de la inseguridad en las ciudades es la mayor preocupación de todos los colombianos, y que se necesitan alternativas a lo que hoy claramente no está funcionando.
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