(La Patria, Nov 3 de 2009; El Mundo, Nov 4 de 2009)
El premio Nobel de Economía 2009 fue entregado a principios de Octubre a Elinor Ostrom y Oliver Williamson. A la señora Ostrom, en palabras de la entidad sueca, por “su análisis de la gobernabilidad económica, especialmente los recursos comunes”. Y al señor Williamson, “por su análisis de la gobernabilidad económica, especialmente los límites de las empresas”. El premio otorgado a Ostrom tomo por sorpresa a la comunidad académica norteamericana, especialmente por la temática premiada.
Un mes antes, la Fundación colombiana Alejandro Angel Escobar, entregó el Premio del mismo nombre en la categoría de Medio Ambiente y Desarrollo Sostenible al ingeniero Juan Camilo Cárdenas por su libro “Dilemas de lo Colectivo: Instituciones, pobreza y cooperación en el manejo local de los recursos de uso común”. El premio no fue controversial, de hecho podría afirmar sin equivocarme que paso inadvertido entre los colombianos.
Sin embargo, existen coincidencias entre estos dos premios que bien vale la pena resaltar. La más importante es que la temática de investigación de Ostrom y de Cárdenas es la misma. Cómo pueden los profesionales encargados del diseño de política económica aprender de los arreglos institucionales creados de manera autóctona por comunidades cuyo modo de subsistencia depende de un recurso agotable para administrarlo de forma tal que todos ganen? La respuesta es: mucho.
En efecto, los resultados de la investigación de Cárdenas, recogidos en su libro, sugieren que las comunidades locales pueden llegar a generar soluciones auto-gobernadas de manejo sostenible de los ecosistemas locales. No obstante estas soluciones de cooperación se ven en dificultades gracias a factores como regulación imperfecta o desigualdad social entre los actores.
Ostrom y Cárdenas coinciden en otro punto: toda política debe partir de una mejor comprensión del comportamiento humano y de cómo los individuos y hogares responden a los diferentes incentivos, normas sociales e instituciones que afectan y gobiernan su quehacer cotidiano.
Otra coincidencia más une a estos dos investigadores. Su campo de investigación ha sido olvidado por décadas por las facultades de economía y de gobierno en el mundo. Incluso el famoso profesor de la facultad de economía de Chicago, Steven Levitt, reconoció públicamente haber tenido que buscar a Ostrom en Wikipedia.
En hora buena, las fundaciones Alfred Nobel y Alejandro Angel reconocen la importancia del conocimiento y gobernabilidad emanado desde las comunidades, no aquel impuesto por ilustres próceres en leyes y decretos inútiles y en el peor de los casos pagados para el beneficio de unos pocos. Una última coincidencia: Ostrom y Cárdenas han trabajado juntos. Estos autores son de recomendada lectura.
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