jueves, 20 de noviembre de 2008

La imposibilidad de predecir

(La Patria, Diciembre 1 de 2008)
¿Por qué no fuimos alertados por los expertos?, ¿Que va a pasar según los expertos? Estas son las preguntas que cualquier lector del acontecer económico se hace cada vez que los medios mencionan la crisis económica. En los temas económicos, los medios nos presentan las opiniones de dos tipos de expertos: el académico y el empresario exitoso. Por falta de espacio, en esta columna solo expondré las tres principales debilidades del experto académico y las posibles razones por las que este tipo de experto falla repetidamente en sus proyecciones.

La primera razón y quizá la más importante es el efecto “Pensamiento Grupal”. Según esta teoría expuesta por el sicólogo Irving L. Janis en 1972, los expertos pertenecen por definición a un selecto grupo, se conocen entre todos, revisan entre si sus investigaciones, y trabajan o colaboran mutuamente todo el tiempo. Por ende su mayor preocupación es sostener su membrecía y posición en dicha elite. Esto genera incentivos a no desviarse mucho del pensamiento grupal, del consenso, so pena de perder su rol en el grupo. Es claro que con tal de no alejarse del consenso emergente en el grupo, aquellos que tienen ideas diferentes autocensuran sus dudas y limitan sus críticas hacia la posición dominante.

La segunda razón está en las fuentes de información a las que acuden los expertos. Es bien conocido en el mundo académico que las revistas especializadas favorecen la publicación de estudios que muestran resultados positivos y/o que se mueven alrededor del consenso. Los estudios que no encuentran resultados significativos, son raramente publicados. Como consecuencia la información disponible para los expertos es parcializada.

La tercera razón, y esto es cierto en todas las ciencias sociales, es la imposibilidad humana de predecir el futuro. La incertidumbre es la regla general y no la regla particular cuando se trata de hacer proyecciones. Los modelos estadísticos están alimentados de datos históricos y están basados fundamentalmente en el supuesto de que el futuro va a ser igual al pasado. Pero el futuro nos demuestra una y otra vez que es impredecible y que las consecuencias de hechos cuya probabilidad considerábamos casi nula son los que realmente determinan los cambios.

El experto académico en temas económicos no es más que un excelente historiador o documentador del pasado. Su valor esta en recoger información del pasado e interpretarla. Es cierto que el pasado da luces respecto de lo que puede ser el futuro pero su poder predictivo es más bajo de lo que suponíamos. Es importante entonces desmitificar las proyecciones de los expertos y entender que sus predicciones son meras opiniones, por más sofisticadas que estas parezcan.

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