(El Mundo, octubre 4 de 2018)
El DANE ha hecho la primera entrega de
resultados del CENSO. De acuerdo al director Oviedo a septiembre 28 somos 41.9
millones de colombianos. Con una cobertura geográfica superior al 97%. Esto
quiere decir que a menos que la densidad poblacional de ese tres por ciento
restante sea muy alta, la cifra final estará muy cercana a los 42 millones.
Este dato suena anecdótico, pero la
verdad es que tiene implicaciones muy serias. Por ejemplo, se sabe que el
numero de afiliados al sistema de salud esta alrededor de los 44.5 millones de
colombianos. Si somos 42 millones, esto quiere decir que el sistema de salud
esta pagando por 2.5 millones de personas que no existen. Eso es gravísimo
porque termina siendo un desfalco de 2.1 billones de pesos anuales a valores de
2018.
De otra parte, algunos recursos de
educación y de otros sectores de la protección social se han girado a las
entidades territoriales basados en las proyecciones de población del DANE. De
nuevo, esto quiere decir que el fisco ha girado recursos en exceso. Muchas de
las dolorosas reformas tributarias se habrían podido evitar si los cálculos de
transferencias hubieran sido hechos con datos poblacionales mas precisos.
Ahora bien, si somos 42 millones de
colombianos, el PIB per capita de 2017 pasaría de ser 18.9 millones a ser 22
millones de pesos. Eso nos ubicaría por ejemplo en un índice de desarrollo
humano mucho mas alto que el que tenemos y pasaríamos a ser un país mucho mejor
en el escenario mundial.
Esto también afectaría las cifras del mercado laboral,
el DANE tendrá que recalcular todas las cifras de empleo y desempleo. Habrá
muchas sorpresas.
Ahí no acaban los efectos. Se estima que
en Colombia la incidencia de la pobreza monetaria en 2017 fue de 26.9%. Pero si
somos menos colombianos, entonces la cifra debe cambiar, y muy seguramente
develará que la pobreza es mucho mas alta. Y así podríamos seguir, hay
implicaciones en materia electoral, tributaria, de prevalencia e incidencia de
enfermedades, etcétera.
Yo creo y siempre he creído en la seriedad del DANE. Pero el reto que se viene es mayúsculo. A decir verdad, muchos de los indicadores económicos que conocemos y que hemos analizado desde 2005 perderán validez, una vez recalculados, van a mostrar que somos un país muy distinto económica y socialmente al que creíamos conocer.
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