(Publicada en América Economía Miércoles 3 de Febrero 2016)
Acaba de publicarse el informe sobre desarrollo humano 2014
con el título “Sostener el Progreso Humano: Reducir vulnerabilidades y
construir resiliencia”.
En el mundo hay 188 países para los cuales se mide el
desarrollo humano por parte de las Naciones Unidas. La región de América Latina
y el Caribe superó a todas las demás regiones del mundo con excepción de los
países de la OCDE.
El valor del índice general de desarrollo humano fue de 0.748
lo que ubica la región en la categoría de Alto Desarrollo Humano según los
criterios de clasificación de la ONU. El ordenamiento según regiones para 2014
es: OCDE (0.880), Europa y Asía Central (0.748), Asía del Este y Pacifico
(0.710), Estados Árabes (0.686), Asía del Sur (0.607) y África Subsahariana
(0.518).
Para darle una idea al lector de la posición relativa de
algunos países de la región estas serían las posiciones en la tabla del
desarrollo: Argentina (40), Chile (42), Uruguay (52), Bahamas (55), Panamá
(60), Costa Rica (69), Venezuela (71), México (74), Brasil (75), Perú (84),
Ecuador (88), Colombia (97), Paraguay (112) y Bolivia (119).
El índice es un intento por cuantificar las capacidades más
básicas para el desarrollo humano. Estas son: llevar una vida larga y
saludable, tener acceso a los recursos que permitan a las personas vivir
dignamente y tener la posibilidad de participar en las decisiones que afectan a
su comunidad. Lo primero se mide a través de la esperanza de vida al nacer, lo
segundo a través del ingreso por persona ajustado por poder de compra y lo
tercero a través de los años de escolaridad promedio actuales y los años de
escolaridad esperados.
Es en materia de esperanza de vida en donde la región puntúa
más alto en desarrollo humano, con un 85% del máximo alcanzable en el mundo. Y
es en años de escolaridad promedio donde esta nuestro mayor déficit, con apenas
un 54% del máximo alcanzable en el mundo. En términos de ingreso logramos el 75%
del máximo alcanzable en el mundo. Y finalmente en años esperados de
escolaridad logramos el 78% del máximo alcanzable en el mundo.
Los números son contundentes. El pesimismo que a veces ronda
por la región no está sustentado en cifras. Exceptuando los países de la OCDE,
nuestra región tiene la esperanza de vida más alta, el valor de años esperados
de educación más alto, el segundo ingreso promedio más alto (después de los
estados árabes), y el segundo nivel de escolaridad promedio más alto.
También queda claro que nuestros sistemas de salud están haciendo bien la tarea mientras que son nuestros sistemas de educación los que aún no encuentran la forma de acercarnos a los niveles de países desarrollados.
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