martes, 2 de diciembre de 2014

Uber polémicas

(El Mundo, diciembre 4 de 2014)

Cuando un grupo de ciudadanos quiere solucionar un problema derivado del abuso de otros ciudadanos sin usar la violencia ni la coerción y la ley se lo impide es la ley la que esta mal y no los ciudadanos. El caso de Uber es un perfecto ejemplo de esto.

El problema es sencillo: resulta que un grupo de ciudadanos se cansaron del servicio que reciben de ciertos taxistas en las principales ciudades del país. Las razones son múltiples: mal servicio al cliente, taxímetros adulterados, irrespeto a las normas de transito, mal estado y olor de los taxis, inseguridad y todas las demás quejas que todos los usuarios del servicio tienen.

Uber es una solución importada. Un servicio tecnológico que une a conductores con usuarios, prometiendo no caer en los vicios anteriormente mencionados. La solución criolla ya existía, por debajo de cuerda como muchas cosas en Colombia, muchas personas se dedican y han dedicado a transportar a otras personas con estándares más altos de calidad.

Sin embargo, de acuerdo con el Ministerio de Transporte, Uber es ilegal. La razón es que Uber es una empresa de internet y no una empresa transportadora. Los dueños de los taxis tradicionales han pagado un derecho, el famoso cupo, para prestar su servicio, y además tienen que pasar otra serie de regulaciones para prestar el servicio mientras que los automóviles de Uber no, y esto representa una desventaja. El argumento es cierto. Pero no menos importante es la razón que motivo a Uber: la inseguridad y la mala calidad del servicio.

La lógica indica que la Uber polémica debe resolverse en favor de los ciudadanos. Lo que debe enviar un mensaje claro a los malos conductores y propietarios de taxi. De hecho, si el gobierno nacional fuera inteligente debería usar esta oportunidad para meter en cintura a una actividad que mueve mucho dinero y que no deja traza del mismo. Uber si porque se paga con tarjeta de crédito. La DIAN podría resolver rapidito parte del hueco fiscal que nos esta dejando la caída del precio del petróleo.

Un buen censo del negocio de los taxis revelaría un universo que muchos conocen y todos callan. Basta con subirse a un taxi y hacerle un par de preguntas al conductor para enterarse de quien es el dueño del taxi, cuanta plata hace al día, que seguridad social ofrece al conductor, y lo mas importante, cuantos taxis tiene. En las principales ciudades del país un taxi nuevo o relativamente nuevo con cupo es un activo que pasa de los 100 millones de pesos. Es decir casi el patrimonio bruto exigido para ser declarante de renta. Sin duda, detrás de la informalidad que ronda en este sector existe una enorme evasión de impuestos.


La Uber polémica es una oportunidad de oro para disciplinar un oficio del que necesitamos mas información, orden y regulación. 

No hay comentarios.: