(El Mundo, Noviembre 6 de 2014)
Por
alguna razón cultural que es difícil de entender, tendemos a asociar a un
individuo que utiliza palabras sofisticadas con mayor educación y nivel social.
Nada más alejado de la realidad. El lenguaje sencillo es una virtud.
Precisamente
para combatir este mal, el del lenguaje complicado, existe la asociación
internacional del lenguaje sencillo. Este es un grupo de trabajo con sede en Canadá,
fundado en 2008 cuya misión es promover la comunicación clara en todos los
documentos, sean públicos o privados. De acuerdo con este grupo las virtudes
del lenguaje sencillo son muchas: aumenta el nivel de conocimiento de las
personas en todos los niveles socioeconómicos, ayuda a las personas a encontrar
información de una manera más fácil y rápida, ayuda a las personas a entender
lo que tienen que hacer, ahorra tiempo y dinero al reducir errores y
malinterpretaciones, mejora las relaciones con los clientes o usuarios,
disminuye la probabilidad de litigios, llega a más personas. El lenguaje
sencillo es importante en todas las esferas de comunicación: electrónica e
impresa.
Escribir
en un lenguaje sencillo es más difícil de lo que parece porque demanda del
escritor una adecuada organización, tono, escogencia de palabras, extensión (de
frases, párrafos y secciones) y diseño del texto. Creo que las profesiones que
mas se beneficiarían de un cambio en su lenguaje son la medicina, el derecho y
la economía. Nada mas enredado que la explicación de un medico, un texto legal
o un informe escrito por un economista.
Aunque
suene exagerado, el lenguaje sencillo puede y a veces debe regularse. En los
Estados Unidos, gracias a una ley sobre protección al consumidor, los extractos
de las tarjetas de crédito deben escribirse en un cierto tamaño de letra y
deben incluir en la primera pagina el valor total de la deuda y de los
intereses totales si los consumidores solo pagan la cuota mínima. Gracias a
esta misma ley en muchos documentos comerciales no existe, literalmente, letra
pequeña. Todo el contrato debe estar en la misma letra.
Un
ejemplo magistral de lenguaje sencillo y cómo deben ser escritas las leyes lo
dan los mandamientos. No mataras, no robaras, no desearas la mujer del prójimo.
Los contratos y las leyes en particular deberían
ser los textos mas simples de todos, pues en ultimas son las reglas de juego
que rigen la mayor parte de las relaciones entre individuos en una sociedad. Un
lenguaje sencillo nos acercara a ser una mejor sociedad.
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