martes, 11 de agosto de 2009

Desarrollo por contrato

(La Patria, Martes 18 de Agosto, 2009)

Paul Romer, es un famoso economista y profesor de la Universidad de Stanford, mundialmente conocido por sus trabajos en “Crecimiento Económico”. Esta es el área de la economía que intenta descifrar cuales factores explican el crecimiento económico de las naciones. La fama de Romer está a punto de salir del circuito académico si su más reciente idea toma suficiente impulso. Se trata de las “Ciudades por contrato”.

La idea es tan antigua como la misma colonización. Un país cede, esta vez por voluntad propia, una parte de su territorio a otro u otros países para que estos lo administren de acuerdo con una serie de reglas de buen gobierno e incentivos para la inversión internacional de largo plazo. El mejor ejemplo de este tipo de alternativa, de acuerdo con Romer, lo ofrece Hong Kong, en la China. Esta ciudad es una zona económica especial que fue administrada por los británicos entre 1842 y 1997, y que hoy por hoy es considerada el centro financiero más importante de Asia.

La idea de Romer no es reconstruir ciudades viejas, si no construir de cero nuevas ciudades. Con reglas claras establecidas en el contrato y ejecutadas por el sistema judicial del país contratado, toda la infraestructura para la nueva ciudad está financiada por la inversión privada. Los servicios de gobierno ofrecidos por el contrato deben incluir por lo menos: el legal, judicial, policial y los sistemas de regulación, la educación y la atención básica de salud. De acuerdo con este modelo, el dinero para pagarle a los países contratados se obtiene del incremento en el valor de los terrenos en la zona administrativa. Esto, sugiere Romer, genera los incentivos adecuados para invertir en educación y salud, dado que el crecimiento en capital humano hará que los ingresos crezcan más rápidamente, lo que hace que la tierra en la zona se valorice aun más.

La propuesta de Romer, parece descabellada y puede ser sin duda políticamente imposible de ejecutar. Sin embargo, el fondo de su propuesta tiene todo el sentido. Los economistas y los líderes del mundo económico han concentrado demasiado su discurso en factores como tecnología, infraestructura y educación. Sin embargo, estos factores han probado ser necesarios pero no suficientes para generar crecimiento económico.

Un mejor conjunto de reglas es probablemente el eslabón perdido en la búsqueda por superar la pobreza. Las sociedades en desarrollo han avanzado rápidamente en la adopción de tecnologías (por ejemplo la telefonía celular), pero lo han hecho muy lentamente en la adopción de mejores reglas de juego, es decir, políticas públicas. Quizá una forma rápida y eficiente de hacerlo sea bajo contrato, ya que la democracia por si sola no nos ha hecho el milagrito.

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