martes, 7 de abril de 2009

Inteligencia Ecológica

(La Patria, Abril 13 de 2009)

Con mayor frecuencia de lo que estamos dispuestos a admitir, los seres humanos violamos una regla básica de comportamiento social: tragamos entero, pensamos que las cosas son lo que aparentan ser. El caso DMG mostro la fragilidad de un amplio grupo de colombianos. Ignorancia y ambición desembocaron en el mismo resultado. El propósito de la educación que recibimos a lo largo de nuestras vidas es enseñarnos a cuestionar lo que vemos en la superficie. No obstante de manera (in)consciente los seres humanos defendemos ideas con nuestras palabras mientras que al mismo tiempo nuestras acciones dicen lo contrario. Y no siempre es pura hipocresía. A veces somos víctimas de la manipulación de aquellos que tienen la información, o psicológicamente nuestro cerebro nos impulsa a hacer caso omiso de aquella información que va en contra de nuestras ideas.

El sicólogo Daniel Goleman, ampliamente conocido por su libro Inteligencia Emocional, dedica un nuevo libro al concepto de la Inteligencia Ecológica. La inteligencia ecológica sugiere mirar más allá de la superficie de slogans tales como “orgánico”, “hecho con materiales reciclados” o “comercio justo”. Slogans por los que usualmente los consumidores pagan un sobreprecio.

Basado en un área de investigación científica llamada “Valoración del Ciclo de Vida” desarrollada por la Ecología Industrial, es posible rastrear los recursos materiales, y por ende el costo e impacto total para el medio ambiente, de los insumos utilizados en la producción de los productos que a diario consumimos. El concepto de las “huellas de carbono” fue desarrollado por la ecología industrial.

Por ejemplo, a través de estas técnicas se ha descubierto que para producir una camiseta de algodón 100 por ciento orgánico, se necesitan diez mil litros de agua, y que si esta ha sido teñida usando agresivos químicos industriales, otra buena cantidad de agua pudo haber sido contaminada en el proceso. En otro famoso ejemplo, Jamais Cascio, Investigador del Instituto para el Futuro, calculó la huella de carbono del total (aproximado) de “hamburguesas con queso” consumidas en los EEUU y encontró que esta se compara con el total de gas carbono emitido por al menos 6.5 millones de camionetas Hummer H3, uno de los vehículos que tienen el mayor consumo de gasolina.

Esperemos que gracias al prestigio de Goleman, más consumidores entren en la era de la inteligencia ecológica, que también es inteligencia económica y demanden más y mejor información acerca de lo que están comprando. Goleman lo llama la “transparencia radical” por parte de los productores y nos sugiere visitar la página www.GoodGuide.com para encontrar rankings de marcas y productos según su verdadero impacto ambiental. La inteligencia ecológica ha llegado para combatir la manipulación a los consumidores bienintencionados.

1 comentario:

Carlos González dijo...

Cordiales saludos: Mi nombre es Carlos González. He sido profesor de matemáticas y física en la enseñanza secundaria durante 24 cursos. Finalmente, al verme limitado en mi deseo de practicar una enseñanza basada en los nuevos paradigmas, decidí dejar el camino de la enseñanza oficial e iniciar uno nuevo, alternativo al sistema imperante.
Durante años, he podido comprobar como mis alumnos adolescentes enterraban sus sueños hasta hacerlos invisibles. Su entorno les enseñaba que la “seguridad” era lo primero: estábamos creando víctimas. La rabia que sentía ante tal panorama la he trasmutado en creatividad, escribiendo un libro que narra cómo empoderar a los adolescentes:
“Un maestro decide crear un ambiente mágico en su clase para empoderar a sus alumnos. Les ayuda a descubrir los enormes potenciales que habitan en su interior. Les revela un mundo más allá de la mente programada y de las creencias. Para llevar a cabo su proyecto el profesor emplea curiosos trucos...
Los alumnos van resolviendo los enigmas, que el maestro propone de una forma singular. La clase es una creación de todos. El aprender se transforma en una aventura.
Poco a poco, cada alumno se convierte en su propio maestro, en una fuente de conocimiento para él y sus compañeros. La vida se torna mágica: pueden vivirla desde su corazón, sin que las creencias les limiten “
Su título es: “Veintitrés maestros, de corazón – un salto cuántico en la enseñanza-“. En él se plantea un modelo educativo que se basa en descubrir la fuerza interior.
Hoy puede ser ciencia ficción...tal vez una semilla, pero si la nutrimos puede generar una forma totalmente nueva de enseñar, en la que el ser humano deja de sentirse víctima, para sentirse el creador de su propia vida.
Creo que su sensibilidad va en la misma dirección que la mía. Por eso, me atrevo a enviale* mi libro en versión digital. He decidido regalarlo persona a persona o institución a institución. Necesita volar...hacia lugares en los que pueda ser bien acogido. Si lo lee le agradecería cualquier comentario. Todos los amantes de la lectura sabemos que bastan cinco minutos con un libro para saber si es de nuestro interés, sólo le pido ese tiempo. Siéntase libre de enviarlo a las personas o asociaciones a las que este libro pueda ayudar. Gracias por su presencia. Le deseo felices creaciones…
Carlos González
P.D Mi blog es: www.ladanzadelavida12.blogspot.com
* El libro se puede descargar en mi blog