domingo, 3 de octubre de 2010

El valor del Kinder

(El Mundo, Octubre 5 de 2010; La Patria, Octubre 10 de 2010)

Es época de premios académicos, el Nobel se avecina. Sin embargo, existen otros premios con similar resonancia e importancia. Podríamos decir que el hermano menor del Nobel es el premio entregado por la fundación norteamericana MacArthur. Informalmente estos premios se han denominado los premios a la genialidad.

Uno de los ganadores de este año es el economista francés Emmanuel Saez, profesor del Departamento de Economía de la Universidad de California, Berkeley. El trabajo que le valió el premio MacArthur está concentrado en su análisis de la relación entre la política tributaria y el ingreso y el ahorro en economías desarrolladas.

Que ocupa la mente de Saez por estos días? En conjunto con otros colegas (Chetty, Friedman, Hilger, Whitmore Schanzenbach y Yagan) se dieron a la tarea de valorar en términos monetarios el efecto que un buen profesor y unos buenos compañeros de kínder tienen en el ingreso futuro de un individuo en EEUU. Los resultados están dando mucho de qué hablar, y sugieren interesantes implicaciones para otros países.

Los alumnos de los mejores salones de kínder ganaban, a los 27 años de edad, un diez por ciento más de ingreso salarial que los del salón promedio. Bajo algunos supuestos financieros, el ingreso adicional en toda la vida laboral que se puede atribuir a este efecto es de 39,000 dólares por persona. Igualmente, según estos autores, el valor presente neto de haber tenido unos compañeros estudiosos en un salón de unos 20 alumnos es de unos 776,000 dólares por cada año.

El valor presente neto de un profesor experimentado de kínder en sus alumnos, adicional al efecto anterior, es de 8,400 dólares por individuo, y de 169,000 dólares para una clase de 20 niños. En general la explicación, parece estar, no en los contenidos impartidos, pero en las cualidades no cognitivas que estos profesores dejan en nuestras vidas. Entre estas cualidades están: paciencia, disciplina, respeto y perseverancia. Es importante resaltar que esta valoración no incluye otros beneficios no salariales observados en estos individuos como mejor salud, y menores tasas de criminalidad.

El estudio tiene importantes críticas. Quizá los números sean exagerados. Pero su gran valor radica en revelarnos una falla mas de los mercados laborales: la subvaloración monetaria de ciertos trabajos cuyos beneficios económicos y sociales son enormes y cuya remuneración y prestigio no se compadecen. Se necesitan más incentivos monetarios para que buenos profesionales miren hacia este tipo de carreras, y menos hacia profesiones basadas en la especulación y/o en la explotación de la ingenuidad de los otros.