sábado, 25 de noviembre de 2017

Sus impuestos se gastan en ...


El DANE calcula y publica un informe muy interesante llamada “Gastos del gobierno por finalidad”. De acuerdo con esta misma entidad “muestra el fin con el cual se realizan los gastos del Gobierno General. Tiene como objetivo presentar lo que gasta el Gobierno General, según los dominios de su intervención.” En últimas nos permite saber en qué se gastan hoy los impuestos presentes y futuros que pagamos los colombianos. Y hablo de los impuestos futuros porque todo crédito que toma el gobierno hoy será pagado en su mayoría con impuestos mañana. La metodología seguida es internacional y es la misma de los países de la OCDE.

Los datos para 2016 muestran un gasto total del gobierno general de 273.4 billones, estas son cifras preliminares. De cada 100 pesos que usted paga en impuestos: 28.1 se van en Protección Social, 15.3 en Salud y 14.6 en Educación, lo que suma 58 pesos.
El mayor rubro es Protección Social, aquí lo más importante son las pensiones y los programas de protección al adulto mayor. Luego están los programas de atención a los pobres y vulnerables y demás programas sociales para proteger a la familia e hijos. Aunque suena bien gastarse la plática en esto, la oscura realidad es que el sistema pensional es profundamente inequitativo. A este no solo acceden apenas una quinta parte de los adultos en esa edad, sino que está diseñado para subsidiar las pensiones de los más ricos. Mejor dicho los que tienen las pensiones más altas están paseando por el mundo, cenando en buenos restaurantes, y quien sabe dándose que otros gustos más de cuenta de nuestros impuestos.

Salud y Educación, no tienen mucha discusión. Son derechos constitucionales. Allí, el problema es el per capita, es decir, 15.3 se tienen que dedicar a cubrir la salud de todos los colombianos (unos 49 millones de personas), mientras que 14.6 (una cifra muy similar en dinero) se dedican solo a los colombianos en edad escolar (unos 13 millones). Es decir, dedicamos un per cápita más de tres veces mayor en educación que en salud.

Otro dato muy interesante es cuanto gastamos en Servicio de la Deuda Pública, mejor dicho, cuanto suman las cuotas anuales para estar al día con nuestros acreedores. Son 8.7 pesos por cada 100 que gastamos.  Y finalmente lo que todos siempre quieren saber ¿cuánto gastamos en defendernos?  En Defensa 4.4 pesos y en Orden Publico y Seguridad 6.7 pesos,  en total 11.1 de cada 100 gastados.  

Ahí está, esa es la distribución de la plática que los honorables Congresistas que hemos elegido han decidido, porque si no lo sabía, la mayor parte de ese gasto no se decide en Hacienda, está escrito en leyes y punto. Inflexible en su mayoría. 

miércoles, 22 de noviembre de 2017

Perdiendo guerras

(El Mundo, noviembre 16 de 2017)

Los gobiernos, como parte de su retórica eleccionista o de comienzo de periodo, lanzan “guerras”. Supuestamente, enfilarán baterías y buena parte de su capital político y presupuesto para combatir un mal que todos saben es perjudicial. Lo irónico es que como en la mayoría de las guerras de verdad, las de bala, usualmente se pierde mas de lo que se gana.

En el campo internacional los Estados Unidos declararon la guerra a las drogas hace décadas, y como toda la evidencia lo indica, esta guerra está perdida. Los consumidores ganaron la guerra, y con ellos los productores.


El Banco Mundial declaró la guerra contra la pobreza, y pese a todos sus recursos y esfuerzos, aun reconociendo un avance importante, esta se vislumbra como otra guerra que se está perdiendo. La economía, la cultura, el sistema educativo, las costumbres, los abusos, y los corruptos, siguen ganando esa guerra, dejando a miles de personas en una condición de desfavorabilidad que los condena a pasar por esta vida sin mayores oportunidades.

En materia de salud, también años atrás se declaró la guerra contra el cáncer. Hoy, pese a que se conocen algunas alternativas terapéuticas que logran mandar a remisión libres de cáncer a algunas personas, el cáncer sigue siendo un gran misterio y es la segunda o tercera causa de muerte más común en el mundo desarrollado, y en países de ingreso medio como Colombia. Ya se habla con la misma retorica de la guerra contra el Alzheimer.

En el campo local, varias guerras se están perdiendo. Por un lado la guerra contra los corruptos, que llegaron tan alto como han querido. En materia de movilidad perdimos la guerra contra los autos y las motos. El transporte masivo sigue siendo muy criticado e insuficiente.


La verdad, es que todas estas guerras son diferentes, en algunas, como la de las drogas lo mejor será darse por vencidos, legalizar y ya. En otras, cómo las de las enfermedades, la retorica es un sofisma para recaudar fondos, y levantar expectativas que después no se cumplen. En general, son buenas campañas publicitarias para gestionar recursos y gastarlos sin mayor rendición de cuentas.

Toda guerra debería tener unos buenos indicadores de rendición de cuentas, para saber cuando se esta perdiendo y cuando hay que dejarla, o cambiar de estrategia.