sábado, 24 de noviembre de 2007

Lecciones de la crisis hipotecaria

(Publicada en La Patria Seccion Negocios Diciembre 3 de 2007)

Cada nuevo día en los Estados Unidos mas familias latinas y afroamericanas pierden sus casas. Y con ello se va una ilusión y se destruye la poca riqueza acumulada. La causa es una mezcla explosiva conocida de tiempo atrás, la avaricia de unos y la ignorancia o ingenuidad de otros. El argot popular lo llama “el vivo vive del bobo” y la teoría económica “asimetrías de información”. En palabras sencillas la crisis hipotecaria se origino por la creación de un mercado que jamás debió existir: monumentales créditos de vivienda con tasas de interés variables (al alza) para familias con ingresos bajos y de alta volatilidad. Desafortunadamente este mercado se creó gracias a la posibilidad mágica que ofrecen los mercados financieros de vender y revender este tipo de deuda, atomizándolas y mezclándolas con otros miles de productos financieros. A continuación una lista parcial y en evolución de las lecciones a la fecha.

No todo lo que brilla es oro. Muy obvia pero siempre olvidada. Si no entiende muy bien que está comprando: absténgase. Gran parte de la crisis se fundamenta en las prácticas deshonestas de los vendedores de las hipotecas, que no eran los propios bancos, sino firmas de intermediarios. Los comisionistas quienes ganaban por negocio cerrado utilizaban todo tipo de prácticas para capturar clientes: desde saltarse la letra menuda hasta inflar ingresos.

Ser propietario no es siempre la mejor alternativa. Mientras el pago de un arrendamiento es un gasto fijo y conocido, los gastos que acarrea el ser propietario son variables. Además no todas las casas suben de valor y ante contingencias desfavorables en el ingreso, es mucho más fácil reubicarse si se es arrendatario que vender cuando se es propietario. Finalmente, para familias de ingresos bajos y medios existe un mayor retorno a la inversión en capital humano que en bienes inmuebles.

Los inversionistas y banqueros no son tan inteligentes como pensábamos. O la avaricia les nublo su mente. A la fecha las perdidas directas en Wall Street y demás miembros del sistema financiero alcanzan los 35 billones de dólares y siguen subiendo (un 40% del PIB de Colombia). Entre los perdedores se cuentan: Citigroup, Merrill Lynch, UBS, Morgan Stanley, Credit Suisse, y J. P. Morgan Chase.

Las calificadoras de riesgo fallan. Los bonos que incluían porciones de las hipotecas de riesgo fueron calificados con altos grados por prestigiosas calificadoras de riesgo, pero en realidad eran basura.

Los Bancos Centrales deben ser más activos en prevenir a los ciudadanos. Una buena parte de la responsabilidad de las autoridades monetarias y financieras de un país está en prevenir y alertar a los ciudadanos de posibles riesgos en los mercados financieros. Los Bancos Centrales tienen la información y los recursos humanos para hacerlo. Esto no paso en los Estados Unidos, de hecho ante la preocupación de algunos analistas la Reserva Federal respondió minimizando la situación.

En últimas engañar a los pobres y más vulnerables no paga, y no solo por el costo moral, sino por el costo financiero. Los costos siguen subiendo y la crisis seguirá cobrando más victimas inesperadas, pues ya se ven señales de restricciones de crédito para el sector privado.