jueves, 20 de noviembre de 2014

Derecho a soñar


No se trata de la frase de cajón, se trata, literalmente de elevar a derecho humano el derecho al silencio en las noches para garantizar un sueño profundo y reparador. Dormir mal, que incluye no tener un sueño profundo y dormir pocas horas, es un asesino silencioso.

Para los adultos, dormir poco o mal está asociado con un buen número de enfermedades y condiciones crónicas como la diabetes, problemas cardiovasculares, la obesidad y la depresión. Las personas que duermen mal y conducen vehículos tienen una probabilidad más alta de tener accidentes con el agravante de que estos pueden tener víctimas fatales. También tienen una probabilidad mas alta de accidentes laborales, que afectan no solo la salud propia sino la productividad de las empresas. Para completar, una mala noche está asociada con malas decisiones en lo afectivo, lo personal y lo profesional, que pueden acarrear efectos de por vida.

Para los estudiantes, dormir bien está asociado con un mejor aprendizaje. De acuerdo con un reciente libro llamado “Como aprendemos” de Benedict Carey, la primera parte del ciclo del sueño ayuda con la retención de información, mientras que la segunda ayuda con las materias cuantitativas. De acuerdo con los expertos una buena noche es justo lo que necesita el cerebro para afianzar lo aprendido.

El problema de dormir mal afecta a mucha gente. En los Estados Unidos, al menos uno de cada cuatro individuos declaran dormir mal. Las causas son múltiples: una enfermedad del sueño, presión social y un mal vecino. Para la primera se necesita de tratamiento medico. Para la segunda un cambio cultural organizacional, donde se imponga aquella frase celebre de “no por mucho madrugar amanece mas temprano”. O al menos se elimine la practica de irse solo después de que se va el jefe.

Y para el tercero se necesita mas policía. Es decir, una legislación mas dura y un mayor cumplimiento de la ley ante aquellos que con su ruido no nos permiten a otros dormir y soñar. Si eleváramos el sueño a un derecho humano, tendría mas peso y seria mas fácil de castigar a los perturbadores del sueño como violadores de un derecho que es tan sagrado como la vida y la salud. 

miércoles, 5 de noviembre de 2014

Lenguaje sencillo

(El Mundo, Noviembre 6 de 2014)

Por alguna razón cultural que es difícil de entender, tendemos a asociar a un individuo que utiliza palabras sofisticadas con mayor educación y nivel social. Nada más alejado de la realidad. El lenguaje sencillo es una virtud.

Precisamente para combatir este mal, el del lenguaje complicado, existe la asociación internacional del lenguaje sencillo. Este es un grupo de trabajo con sede en Canadá, fundado en 2008 cuya misión es promover la comunicación clara en todos los documentos, sean públicos o privados. De acuerdo con este grupo las virtudes del lenguaje sencillo son muchas: aumenta el nivel de conocimiento de las personas en todos los niveles socioeconómicos, ayuda a las personas a encontrar información de una manera más fácil y rápida, ayuda a las personas a entender lo que tienen que hacer, ahorra tiempo y dinero al reducir errores y malinterpretaciones, mejora las relaciones con los clientes o usuarios, disminuye la probabilidad de litigios, llega a más personas. El lenguaje sencillo es importante en todas las esferas de comunicación: electrónica e impresa.

Escribir en un lenguaje sencillo es más difícil de lo que parece porque demanda del escritor una adecuada organización, tono, escogencia de palabras, extensión (de frases, párrafos y secciones) y diseño del texto. Creo que las profesiones que mas se beneficiarían de un cambio en su lenguaje son la medicina, el derecho y la economía. Nada mas enredado que la explicación de un medico, un texto legal o un informe escrito por un economista.

Aunque suene exagerado, el lenguaje sencillo puede y a veces debe regularse. En los Estados Unidos, gracias a una ley sobre protección al consumidor, los extractos de las tarjetas de crédito deben escribirse en un cierto tamaño de letra y deben incluir en la primera pagina el valor total de la deuda y de los intereses totales si los consumidores solo pagan la cuota mínima. Gracias a esta misma ley en muchos documentos comerciales no existe, literalmente, letra pequeña. Todo el contrato debe estar en la misma letra.


Un ejemplo magistral de lenguaje sencillo y cómo deben ser escritas las leyes lo dan los mandamientos. No mataras, no robaras, no desearas la mujer del prójimo.  Los contratos y las leyes en particular deberían ser los textos mas simples de todos, pues en ultimas son las reglas de juego que rigen la mayor parte de las relaciones entre individuos en una sociedad. Un lenguaje sencillo nos acercara a ser una mejor sociedad.