lunes, 19 de enero de 2009

Amor de adolescentes

(La Patria, Marzo 9 de 2009)
La relación entre el gobierno y los mercados se parece a los amores de los adolescentes. Está gobernada por rumores, intrigas, ingenuidad, drama, testarudez, falsas imágenes y sobre todo está dominada por el momento.

En mi opinión, el gobierno, y en particular, las autoridades económicas, se parecen a un adolescente inestable. Se encuentra dominado por dos estados de ánimo, y puede pasar inexplicablemente de uno a otro en segundos. Estos dos estados de ánimo son “aquí no pasa nada” y “estamos en crisis”. Ejemplos abundan, en el primer y en el tercer mundo. Un día antes de que empezara la caída de Wall Street, la Casa Blanca expedía comunicados sugiriendo que todo estaba bien y que el gobierno tenía control sobre todas las cosas. El día de la caída, el Presidente Bush salió a declarar el “estado de crisis” y con ello la necesidad de que el Congreso le aprobara cifras astronómicas de dinero para conjurarla.

Las crisis económicas no son espontaneas, no se asemejan a los desastres naturales. Los equipos económicos de los gobiernos están conformados habitualmente por técnicos de las más altas calidades académicas, por lo que sería ingenuo pensar que estos no ven o no entienden lo que está sucediendo. Lo que existe en realidad es un temor absurdo a los mercados. Se cree que cualquier noticia que señale problemas en la economía ocasionara un efecto domino en la confianza de los inversionistas y por ende un enfriamiento de la economía. Los gobiernos entonces guardan las apariencias ante los mercados hasta el último segundo.

Pero la contraparte de esta relación, es decir, los mercados, es aun más inestable. Los mercados son, y en particular me refiero a los mercados de valores (los únicos que nos informan su estado de ánimo a diario), puramente hormonales. Y no es para menos. Las bolsas no son otra cosa que un gran casino de apuestas, apuestas por el futuro. Pero el futuro es en gran medida impredecible. Es cierto que el mercado de valores es un insaciable consumidor de información, pero lo que no es cierto es que sea el más inteligente en procesarla. La caída de Wall Street es la mejor demostración del comportamiento de manadas que domina a los mercados de valores.

Que podemos esperar de esta relación? Nada distinto al amor de los adolescentes, días de éxtasis y días de tragedia. Cambios de pareja (política económica) al vaivén de las circunstancias y mucha, mucha vanidad. Hasta que la relación entre gobierno y mercados madure, el mundo seguirá entre burbujas y recesiones. Los gestores de política económica jamás pagaran por sus errores, se seguirán privatizando las ganancias y socializando las perdidas, y los miembros de la clase media pagaran con sus trabajos. Bien lo dice Shakira: “Porque este amor ya no entiende de consejos, ni razones/se alimenta de pretextos/y le faltan pantalones”.

viernes, 16 de enero de 2009

En Obama confiamos

(El Mundo, Enero 20 de 2009; Titulada: "El reto económico")
(La Patria, Febrero 17 de 2009)

Para los países desarrollados, el 2008 será un año para nunca olvidar. Lo impensable sucedió: el colapso del sistema financiero internacional. Y con este una inminente recesión y posiblemente una profunda depresión. Las cifras de desempleo siguen aumentando, las cifras de ventas y de producción siguen cayendo. Lo que viene en el 2009 es la arremetida de las autoridades económicas para contener la crisis.

La idea central detrás de cualquiera de estas políticas es estimular de nuevo la economía. Esto significa, generar a como de lugar, incentivos para que tanto inversionistas como consumidores gasten. Bien es sabido que el gasto individual o empresarial solo puede provenir de dos fuentes: el ahorro y/o el crédito.

En términos de ahorro, las condiciones no pueden ser peores. La recesión económica tomara a la mayoría de los hogares de los países desarrollados “con los calzones abajo”. En efecto, de acuerdo con los resultados de un estudio reciente de Loretti Dobrescu, Laurence Kotlikoff y Alberto Motta, investigadores afiliados a la organización norteamericana NBER, desde 1970 el ahorro en los países desarrollados está cayendo dramáticamente.

Francia e Italia pasaron de ahorrar el 17% de su ingreso nacional a 7% en 2006. Japón pasó del 30% a 8% en el mismo periodo. Pero sin duda, la caída más dramática y preocupante para los colombianos y el mundo en general es la de EEUU, que paso de 9% en 1970 a 1.2% en 2007. No debemos olvidar que EEUU es el primer comprador de bienes y servicios colombianos, y la economía más grande del mundo.

Así las cosas, las medidas de recuperación económica en el mundo desarrollado no provendrán del ahorro sino de un mayor endeudamiento con el resto del mundo y con las futuras generaciones. Según todos los análisis, la cantidad de dinero que se necesita para estimular la moribunda economía norteamericana son astronómicas. Lo cual quiere decir que el incremento en el endeudamiento será igualmente monstruoso.

Puede un país endeudarse hasta el infinito? Hasta cuando durara la confianza que el mundo ha depositado en los EEUU? Por décadas el mundo financiero ha considerado a los papeles de deuda emitidos por este país como la única inversión sin riesgo. Pero así como la caída de Wall Street lo demostró, todo puede suceder, y por ende, por simple contabilidad económica la probabilidad de un posible incumplimiento por parte de los EEUU aumenta con su acumulación de deuda. Evitar que esto pase es el mayor reto económico de la nueva administración Obama.