jueves, 9 de junio de 2011

Desaparece la clase media

(La Patria, Junio 13 de 2011; El Mundo, Junio 15 de 2011)

Siempre que se habla de empeoramiento en la distribución del ingreso (recordemos que Colombia es el país más desigual en este sentido de América Latina) los titulares de prensa resumen la situación como “los ricos son cada vez más ricos y los pobres son cada vez más pobres”. Una redacción alternativa y un titular quizá más apropiado sería “Crece la inequidad en el ingreso: la clase media se reduce” con subtitular “los trabajadores reciben cada vez un menor porcentaje de su productividad”.

Esta es, a mi modo de ver, la conclusión de un interesante análisis preparado por Frank Levy y Tom Kochan, profesores de la Universidad MIT sobre la evolución de la relación entre la productividad laboral y los salarios en los Estados Unidos en los últimos 25 años. El análisis, aunque basado en el mercado laboral norteamericano, tiene lecciones que bien aplican a Colombia.

De acuerdo con los investigadores, una característica central de la economía norteamericana en las tres décadas después de la segunda guerra mundial (1945) fue una masiva movilidad social, en la cual cada generación vivió mejor que la anterior y los trabajadores experimentaron ganancias salariales de manera continua durante su carrera. La razón central para que esto fuera posible fue un crecimiento de los salarios reales (después de descontar la inflación) que seguía muy de cerca el crecimiento de la productividad laboral. Acuerdos salariales entre empleados y empleadores, muchas veces mediados por acuerdos colectivos explica buena parte de esta positiva coyuntura para los trabajadores.

Desafortunadamente, los cálculos de Levy y Kochan, muestran que esta relación se rompió en 1980 y que la tendencia actual es críticamente preocupante. Por ejemplo, para los hombres de 35 a 44 años de edad, con educación secundaria terminada, la productividad laboral creció un 16 por ciento, mientras que su compensación semanal media se redujo ligeramente. La compensación sólo creció un 3 por ciento para los profesionales con grado universitario. El único grupo que fue remunerado de acuerdo a su productividad es el de los trabajadores con postgrado. El caso de las mujeres, es un poco mejor, ya que la remuneración y la productividad se mantuvieron a la par tanto para las profesionales, como para las postgraduadas.

Las razones son muchas, complejas y difíciles de cambiar. A juicio de los autores, cambios tecnológicos que han incrementado la demanda de trabajadores calificados, el outsourcing y otros efectos de la globalización, el declive de los sindicatos y de la negociación colectiva, la disminución en el valor del salario mínimo, la presión hacia los gerentes por mostrar resultados financieros positivos de corto plazo, entre otras.

En Colombia, hace unas pocas décadas, un profesional experimentado (sin postgrado) podía perfectamente levantar una familia. Esta historia, bien sabemos, ya no es posible. La clase media es fundamental en toda economía, no solo porque sostiene la demanda interna, sino porque es la base de las pequeñas y medianas empresas.