jueves, 23 de marzo de 2017

Administraciones públicas latinoamericanas

(El Mundo, marzo 23 de 2017)

Se acaba de publicar el informe “Panorama de las administraciones públicas: América Latina y el Caribe 2017”. Este informe, realizado por la Ocde y el BID, analiza a los gobiernos de nuestros países (ALC en adelante) usando 45 indicadores. El informe tiene seis grandes conclusiones.

La primera: “El estado es mucho más pequeño en promedio en la región de ALC que en los países de la Ocde”. Dos indicadores muestran esto: el tamaño promedio del gasto público es 31% en el PIB, mientras que los países de Ocde tienen un 41.5%; el gasto en beneficios sociales es 8.7% del PIB en LAC, mientras que en Ocde es 16.9%.

La segunda: “La política fiscal juega un papel más limitado en la distribución del ingreso en ALC que en países Ocde en promedio”. Mientras que las políticas de gasto en los países Ocde ayudan muchísimo a redistribuir el ingreso, disminuyendo el coeficiente de Gini en 17.8 puntos, en los países LAC esta misma política solo lo reduce en 2.8 puntos. Este es quizá el mensaje más poderoso del informe y el mas preocupante.

La tercera: “Los sistemas de salud en la región de ALC están altamente fragmentados en términos de prestación de servicios y financiación”. Así, el informe alerta sobre la existencia de enormes ineficiencias en nuestros países. Colombia, no es ajena a esta conclusión, pero a decir verdad, estamos mucho mejor que nuestros vecinos.

La cuarta: “Los gobiernos de la región de ALC deben de crear aún una cultura de evaluación de políticas, lo que puede hacer mucho para mejorar el diseño e implementación de las mismas”. Esta es para mi otra conclusión muy importante, nuestros gobernantes siguen moviéndose por instintos y por intereses y no por datos y por estrictas evaluaciones de sus políticas.

La quinta: “El liderazgo del Centro de Gobierno y su rol de coordinación han aumentado, pero se centran principalmente en el cumplimiento de procesos y no en el contenido de las políticas”. Esta conclusión va muy en la línea de la anterior, los gobiernos latinoamericanos gastan más tiempo preocupados por los procesos que por los efectos de las políticas que promueven.

La sexta: “El uso de la contratación basada en el mérito ha mejorado en la región, mientras que la evaluación de desempeño y gestión de compensación requieren un mayor desarrollo”. Aquí el informe destaca un incremento en la calidad de los empleados públicos, pero también indica que estamos lejos de un verdadero servicio civil de calidad.


En resumen, la administración pública de la región avanza pero aún estamos lejos de los estándares del desarrollo. Un informe recomendado.

martes, 7 de marzo de 2017

Menos es mas

(El Mundo, marzo 9 de 2017)

Un viejo principio de la economía reza que a más competencia mayor eficiencia en los mercados. Desafortunadamente mas gente haciendo las mismas cosas no significa competencia. En muchas ocasiones la competencia entre menos es más benéfica para el bienestar colectivo.

En Colombia hay ejemplos de organizaciones que funcionarían mejor si fueran menos. En esta columna quiero analizar dos: las EPS y el Congreso.

De acuerdo con el Ministerio de Salud en Colombia existen 49 EPS habilitadas, de las cuales 14 atienden la población del régimen contributivo y 35 atienden la del régimen subsidiado. La situación financiera de estas entidades en total es deficitaria, en total las EPS necesitaban al corte de diciembre de 2015, $5.5 billones para tener el mínimo de solvencia patrimonial requerido por la ley. Los datos de 2016 no se conocerán pronto, pero ya se sabe que no fueron muy positivos.

Este problema no es generalizado, hay cuatro o cinco EPS en el país que tienen margen de solvencia y que además tienen a su población en un buen estado de salud. ¿Que quiere decir esto? Que es posible hacer bien la tarea, pero también que muchos no entendieron o fracasaron en la misma. Y en concordancia la solución es menos EPS pero manejadas por los que saben.

Una situación similar se presenta en el congreso de Colombia. Muchos quieren acabarlo, pero esto no es una solución factible en nuestra democracia. Ya se ha revocado el mandato anteriormente y esto no ha resuelto el problema. Otros piden disminuir el salario de los congresistas, pero eso no pasa de ser una respuesta visceral a la indignación. Aquí también, ya lo sabemos, hay buenos congresistas. En total hay 268 congresistas, 102 senadores y 166 representantes. Me parece que una mejor solución sería eliminar la circunscripción nacional para Senado y disminuir drásticamente el número de congresistas a 1 o 2 por departamento, tanto en senado y cámara. Los congresistas y sus acciones serían mucho más visibles. La prensa local podría hacerles un seguimiento más preciso. Además por ser menos, podría ser más expeditas las investigaciones de Fiscalía y Procuraduría, para condenar a los corruptos.

Un mal que tiene Colombia es la proliferación de gente haciendo lo mismo y en muchos casos haciéndolo mal. No se puede caer en la generalización y simplemente pedir borrón y cuenta nueva. Más bien se trata de aumentar los mecanismos de vigilancia y de rendición de cuentas. Para lograr esto creo que menos es más. 

sábado, 4 de marzo de 2017

El experimento más grande

(El Mundo, febrero 23 de 2017)

El pasado viernes 17 de febrero comenzó el experimento más grande en materia del sistema de salud en Colombia. Aunque no lo creamos los ojos del mundo están puestos en nosotros.

La Ley Estatutaria de Salud de 2015 ordenó acabar con el POS cómo lo conocemos, una lista de medicamentos y servicios médicos que cubre el sistema con recursos que provienen de cotizaciones y de impuestos. El experimento consiste en no tener una lista definida, sino más bien una lista de cosas excluidas. Para estas cosas excluidas se tendrá un mecanismo participativo que deje de una buena vez sentado porque no deben ser cubiertas con los recursos de nuestros impuestos.

Los ojos del mundo estarán muy atentos a lo que pase en Colombia con este experimento, sobre todo porque es la primera vez que un sistema de salud se basa en la autoregulación de los médicos. Y debe decirse que conceptualmente esto está muy bien y es la solución de largo plazo a los problemas de oportunidad, acceso y sostenibilidad financiera del sistema. Así como la solución al problema de sociedades y democracias corruptas es una ciudadanía educada y comprometida con el bienestar colectivo. El problema es que los comportamientos e incentivos individuales no están siempre alineados con el bienestar colectivo.

Para detener el individualismo y afán de enriquecimiento el experimento incluye un sistema de información llamado MIPRES donde sabremos que medico ordenó que medicamento, y una limitación adicional y es que en Colombia sólo se podrá ordenar aquellos que esté aprobado por el INVIMA para los usos que este indique. Así se controlará la autoregulación.

El experimento, como todo experimento, puede salir mal, bien o no pasar nada. Salir mal significa que se dispare el gasto en salud, y con unos ingresos insuficientes, que la crisis financiera del sistema se profundice. Pero como los sistemas de salud y el derecho a la salud son “demasiado grandes para dejarlos desaparecer” las consecuencias serán listas de espera más largas, e indefectiblemente aumento en impuestos, en contribuciones y en gasto de bolsillo. Si el experimento sale bien Colombia habrá encontrado la fórmula para controlar el gasto en salud, un problema que preocupa a todos los países del mundo.

Y finalmente el experimento puede ser infructuoso, no cambiar nada. Todo es posible, porque estamos al frente de un experimento. Cada uno tiene sus teorías, pero la verdad tendremos que darle unos meses para saber si sirvió, si fracaso o sí no pasó nada.