domingo, 11 de marzo de 2012

Sorpresas desde Irán

(El Mundo, Marzo 19 de 2012; La Patria Marzo, 18 de 2012)

Las noticias provenientes de Irán son usualmente poco halagadoras. Su programa nuclear y sus desafíos al gobierno norteamericano acaparan los titulares. Gracias al estereotipo mediático, probablemente el ciudadano promedio del mundo asocia a Irán con una sociedad completamente cerrada y retrograda. Los colombianos sufrimos de un estereotipo similar en el exterior: drogas, inseguridad, etc. No obstante, como buenos colombianos sabemos que estos estereotipos opacan cosas interesantes que pasan en el país. Igual sucede con Irán, para la muestra, su progresiva e ingeniosa política de desmonte a los subsidios a la gasolina de 2011.

El problema de política pública era muy simple. Mientras el precio internacional del litro de gasolina alcanzaba los dos dólares en 2008, el precio domestico era diez centavos. Gracias a semejante diferencial de precios, Irán no solo estaba teniendo que importar gasolina para cubrir una excesiva demanda interna, sino que estaba incentivando el tráfico ilegal de gasolina. Esto, sin contar los costos humanos y ambientales asociados a la mayor emisión de gases en la atmosfera. Aun cuando el diagnostico estaba claro, desmontar subsidios no es tarea fácil. Tanto aquí como alla, los consumidores aman sus subsidios. Al igual que en Colombia, el gobierno sabia que el simple anuncio de una política de desmonte se traduciría en protestas sociales. La solución tenia que ser ingeniosa. ¿Cómo desmontar un subsidio logrando el respaldo de la sociedad? El gobierno Iraní decidió compensar directamente, en dinero contante y sonante, a todos los habitantes del país.    

Para ello, y durante casi un año, (la política fue aprobada en Enero 13 y el desmonte se dio en Diciembre 18 de 2010) el gobierno emprendió una masiva campaña de educación y de bancarización de todos los habitantes del país. La ley definió que el cincuenta porciento de los ingresos del gobierno atribuibles a la reforma debían redistribuirse a todos los hogares (ricos y pobres). Lo único que tenían que hacer los ciudadanos era aplicar al subsidio llenando una forma simple. Pero, el elemento más ingenioso del desmonte del subsidio, el que literalmente compro el apoyo social, fue atarlo a la disponibilidad del dinero. En efecto, aproximadamente un mes antes del día tentativo del desmonte, el gobierno iraní empezó a depositar dinero en las cuentas (unos 60 dólares por persona, máximo 6 por hogar) de los ciudadanos, pero el dinero no se podía retirar sino hasta el día que se hacia efectivo el desmonte. Como era de esperarse, esto genero el incentivo para que la gente empezara a pedir que el día del desmonte llegara pronto. Con este simple diseño, en lugar de protestas masivas, el día del desmonte se convirtió en uno de inmensa alegría. Hay miles de detalles que no puedo cubrir en la columna pero que el lector interesado puede encontrar aquí http://www.imf.org/external/pubs/ft/wp/2011/wp11167.pdf.


El resultado de esta política ha sido favorable. La gasolina subió 20 veces para alinearse con la realidad mundial. Un año después de la reforma el gobierno había ahorrado una cifra entre 50 y 60 billones de dólares, y más de 71 millones de iraníes habían recibido unos 30 billones de dólares en compensaciones directas. Esta es una muestra de una política pública inteligentemente diseñada.  Irán tiene mas cosas que mostrar y enseñar al mundo de las que nos imaginábamos.  Su cine es otra de ellas.