lunes, 28 de enero de 2008

Y Ud. a quien esta subsidiando?

(La Patria, 25 de Febrero de 2008)
No existe algo mas aborrecido por la teoría económica y mas amado por los políticos que los subsidios. Para los políticos son la mejor herramienta de populismo y el mejor mecanismo para devolver favores. Para los economistas, los subsidios son el peor enemigo de los mercados, no solo porque distorsionan las decisiones de los agentes que en el transan, sino porque casi siempre terminan en las manos de quienes no los necesitan.

Los subsidios a los servicios públicos en Colombia son un buen ejemplo de esto. En efecto, en la mas reciente edición de la Revista de la Sociedad de Economistas de Latino América y del Caribe (LACEA) se encuentra publicado un interesante análisis que demuestra las limitaciones de dichos subsidios como herramienta de lucha contra la pobreza. Los autores, Carlos Medina y Leonardo Morales, se plantean la siguiente pregunta: que tanto de estos subsidios va a los bolsillos de las familias que viven en los estratos subsidiados (el objetivo de la política) y que tanto se transfiere a los dueños de las viviendas beneficiadas?

Como es bien sabido, el sistema de subsidios imperante en Colombia esta diseñado de tal forma que los estratos altos (5 y 6) y los sectores comercial y empresarial pagan un sobre precio y con este dinero se subsidia parte del consumo de los hogares de estratos bajos. Esta política es costosa e ineficiente.

Costosa porque el valor total del subsidio llega a ser 0.7% del PIB según los autores, unos 3 billones de pesos de 2007 a mano alzada. Dinero que es pagado por los contribuyentes bien sea a través del sobre precio o de impuestos. Según estimaciones de estos autores 0.4% del PIB se financia via sobreprecios y 0.3% del PIB via presupuesto del gobierno.

Ineficiente porque el subsidio se esta yendo a manos de los dueños de las viviendas. Medina y Morales, usando datos para Bogotá, encuentran que el incremento en el precio de la vivienda en estratos subsidiados es similar en magnitud al valor presente del flujo de los subsidios; y el mismo efecto se aprecia en los arrendamientos. Es decir que aquellos que viven en estratos bajos pagan más en arrendamiento o más en cuotas hipotecarias de lo que pagarían si el mercado no estuviera distorsionado. Ese mayor valor que están pagando se va directamente a los dueños de las viviendas (si son arrendatarios) o a los que se las vendieron (constructores, antiguos propietarios y sistema financiero).

El análisis de Medina y Morales sugiere una revisión al sistema de subsidios cruzados como política de alivio a la pobreza. De hecho un análisis posterior de los mismos autores sugiere que el país se ahorraría unos 33 millones de dólares eliminando el sistema de estratificación socioeconómica y pasándose a uno que pondere las necesidades individuales tipo SISBEN. Cuando dejaremos de beneficiar a quien no lo necesita?

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