miércoles, 10 de enero de 2018

Precios

(El Mundo, enero 11 de 2018)

En esta época del año los precios cobran un marcado interés entre los colombianos. Se combinan factores psicológicos y reales. El efecto final es el mismo, todos se quejan de los altos precios y piden a gritos que se controlen o que se regulen, menos uno, el de su salario o el que marcan los productos que venden y que determinan sus ingresos.

Acaba de salir el dato de inflación en Colombia para el año 2017, fue de 4.09%. Esto quiere decir que en promedio los bienes y servicios que consumen los colombianos crecieron en ese porcentaje entre el 1 de enero y el 31 de diciembre. Erróneamente los medios de comunicación asimilan el incremento de precios con el “costo de vida”. Coloquialmente funciona, pero técnicamente son conceptos muy distintos. El costo de vida es función de las cantidades y de los precios de los bienes y servicios consumidos, mientras que la inflación solo corresponde a los precios. Los hogares sustituyen unos bienes por otros como respuesta a cambios en precios, en gustos, en oferta, en ingresos, y en tantas otras variables. De forma que atribuir el alza del “costo de vida” a los precios es un simplificación inadecuada.

En diciembre la gente se queja de los altos precios de las cosas. En enero, una vez conocidos los datos de inflación y de salario mínimo, los precios se reajustan y también generan malestar. Pero la verdad es que ambos fenómenos son sanos. En diciembre los precios altos son explicados por una mayor demanda, más gente en busca de lo mismo. En enero, porque el costo laboral crece y con él los costos de producción.

Los precios son, para los economistas, el mejor y más eficiente mecanismo de asignación de recursos. Llevan cualquier cantidad de información en ambas direcciones entre compradores y productores. No obstante, si existen abusos. Estos se presentan cuando uno de los dos lados de la transacción, el vendedor o el comprador, tienen poder sobre el otro. Allí es justificado intervenir, o bien regulando el precio o bien disminuyendo el poder de quien lo ostenta. Para eso deben existir instituciones fuertes, en Ecuador su nombre lo dice todo “Superintendencia de Control del Poder de Mercado”, aquí la llamamos tímidamente Superintendencia de Industria y Comercio (SIC).

La inflación en Colombia es un poco más alta de las metas pero está en niveles normales. Mire a Venezuela para que vea lo que es descontrol de precios. En fin, no se queje más de los precios. Si suben mucho, sustituya su consumo, si encuentra que son abusivos denúncielo ante la SIC. Y si son los suyos, no los suba tanto, recuerde que usted es el otro de los otros. 

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