viernes, 31 de enero de 2014

Verificadores y comediantes

(El Mundo, Enero 30 de 2014)

Estamos en época de elecciones y con estas cientos de discursos y palabras, promesas, verdades, mentiras, información y desinformación. Navegar por este mar es imposible para el cerebro humano.  Por ello toda iniciativa que trate de simplificar esta tarea para los electores, y de imprimirle algo de “rendición de cuentas” a los que se esten postulando es muy valiosa. Existe de tiempo atrás la iniciativa “Congreso Visible” de la Universidad de los Andes, aunque por lo académica no tan conocida. Con un poco más de alcance están las iniciativas de las cadenas radiales de concretar aspirantes con cuestionarios.

Pero creo que no son suficientes. Hay que atacar la desinformación por más frentes. En concreto, sería ideal fomentar dos, que son relativamente exitosos en otros países: las organizaciones dedicadas a revisar la veracidad de lo dicho (en inglés se llaman “fact checker”) y la sátira o comedia política. 

Los verificadores de datos se dedican a hacerle un escrutinio a fondo a los “números” y los “hechos” que los políticos en campaña dan en sus discursos, con el ánimo de hacer visibles cuales son invenciones de sus mentes o de sus equipos de mercadeo. Los verificadores también ponen en contexto datos que sacados de este, son manipulados a conveniencia. Con un adecuado espacio en prensa y radio, estas organizaciones podrían aumentar la presión sobre los candidatos para ser más precisos en lo que dicen.

La sátira o comedia política existe en Colombia pero de una manera muy tímida. En otros países hay horas de TV diarias dedicadas a criticar con humor irreverente tanto lo dicho por los candidatos como lo que hacen los mandatarios de turno. También hay diarios por internet (como el que le paso la mala jugada al senador Juan Carlos Vélez) dedicados a mostrar lo absurdo de las posiciones políticas de nuestros gobernantes y aspirantes a gobernar y legislar.

Iniciativas como la primera no existen quizá por falta de recursos, algo que un buen grupo de empresarios podrían hacer sin problema, que tal un “Empresarios por la verificación”. En torno a la sátira, resulta increíble creer que en veinte años no haya nacido el reemplazo de Jaime Garzón en Colombia, alguien capaz de enfrentar a los políticos más poderosos. La timidez de la sátira si es preocupante, porque demuestra el dominio de los más poderosos para callar voces independientes. Nuestra democracia necesita ciudadanos más críticos, y para ello necesitamos más verificadores de discursos políticos y una sátira política menos tímida.   

Posdata: En el escándalo por las declaraciones de la señora Piraquive todos los que se rasgaron las vestiduras y salieron a defender una posición moral o de equidad social tienen rabo de paja. Algunos ejemplos. En la radio: no es un “requisito” tener un buen registro de voz o ¿podría conducir un programa alguien con voz de discapacitado?. En la TV: ¿qué noticiero tiene como presentador o presentadora a una persona con una discapacidad? 

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