miércoles, 4 de diciembre de 2013

El buen juicio

(El Mundo, Diciembre 5 de 2013)

El buen juicio es una cualidad grupal y no individual.  Esta es la conclusión a la que esta llegando el profesor Philip Tetlock y el grupo de colegas con quienes dirige hoy un proyecto de investigación llamado “El buen juicio”.

Dos preguntas motivan este estudio, y en general la carrera del profesor. ¿Por qué es tan baja la calidad del debate público? ¿Por qué la calidad se deteriora aun mas si el tema en cuestión es de alta importancia? Durante los últimos 30 años este hombre se ha dedicado a estudiar la precisión de las predicciones de los expertos en temas políticos en los Estados Unidos.

El método de estudio del profesor es realizar concursos de predicciones políticas. Según este método se conformaron grupos de personas interesadas en temas políticos. Luego a cada grupo se le pide pronosticar un conjunto de hechos. Estos grupos deben predecir por ejemplo quien ganara las próximas elecciones de presidente, sí un presidente de un país extranjero será derrocado, etcétera. Las predicciones de cada grupo son luego comparadas con las de expertos “famosos”. Especialmente los expertos que tienen mucha exposición en medios y que por ende tienen alta influencia en el debate político. En Colombia, serian comparables a los columnistas mas leídos de diarios capitalinos y regionales, o a los exfuncionarios públicos que se la pasan opinando en TV.

En los años de estudio Tetlock y sus colegas se han encontrado cosas muy interesantes. Primero, los expertos “famosos” no superan las predicciones hechas por los grupos. Segundo, los expertos “famosos” sobreestiman su capacidad de predicción. Tercero, cuando los expertos “famosos” se equivocan, no lo aceptan, y buscan explicaciones reforzadas para darse la razón.

La metodología de Tetlock llego a oídos de la inteligencia norteamericana y esto dio pie al proyecto “El buen juicio” (Good Judgment Project). La idea es la misma: crear grupos de conocedores de temas y ponerlos a competir para ir encontrando los mejores grupos. Pero esta vez gracias a un cheque gordo los temas se han ampliado y también los países. Gracias también a sofisticados sistemas de información, cada predicción es medida y cada individuo (dentro del grupo) es calificado. De tal forma que con el paso del tiempo, los grupos reciben la retroalimentación necesaria para ser cada vez mas acertados.

El propósito de Tetlock es encontrar un mecanismo que agregue el conocimiento de muchos, con el fin de aumentar la calidad del debate y de la discusión política, encontrando un rival “grupal”, casi virtual, con un record comprobado de precisión en sus predicciones que acabe con la charlatanería de los expertos “famosos” y sobre todo que sirva de contrapeso a su trabajo de desinformar a la opinión publica. El propósito de la inteligencia es tener otra arma de predicción de inestabilidad política. Quien diría que el buen juicio sirva para dos propósitos tan diferentes.

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