miércoles, 31 de agosto de 2011

Fútbol femenino: la contracultura que necesitamos

(El Mundo, Septiembre 2 de 2011; La Patria, Septiembre 5 de 2011)

Julio y Agosto fueron meses de fútbol. En Agosto el Mundial Sub 20. En Julio el Mundial Femenino. Si usted está un poco cansado de la cultura que rodea por estos días al fútbol masculino en Latinoamérica, la que podríamos resumir como una mezcla de los siguientes elementos: violencia (por dentro y por fuera de la cancha), incentivo a la trampa (todo vale mientras que el árbitro no se dé cuenta), y desacato a las leyes (irrespeto verbal y físico al árbitro, alegar todas las decisiones del árbitro, fingir faltas, o fingir no haber cometido una falta); no se preocupe usted no está solo.

Me tome la tarea de comparar las estadísticas de la final del mundial femenino (USA vs Japón) con la del pasado mundial masculino (España vs Holanda) con el ánimo de investigar si estos elementos son comunes a ambos sexos. Miremos las cifras de infracciones. En total, en la final femenina, se cometieron 21 faltas; mientras que en la masculina se cometieron 47, es decir un 124% más para los hombres. Solo 1 mujer obtuvo una tarjeta amarilla; en la final masculina, se sacaron 12, es decir un 1100% más. Tiros de penal? cero en ambas finales. Tarjetas rojas? En la final femenina, 1; en la masculina, 0, 100% más para las mujeres. Finalmente, fueras de lugar: 5 en el femenino, 13 en el masculino, un 160% más para los hombres. Las cifras sugieren que la final femenina fue mucho más limpia, y con más acato a las leyes del juego.

Y ahora veamos la calidad del juego. Aquí también los números parecen favorecer a las mujeres. Goles: 4 en la femenina, 1 en la masculina, un 300% más en la femenina. Disparos al arco: 11 en cada final. Disparos en general: 41 en la femenina, versus 31 en la masculina, o sea, 32% más en la femenina. Tiempo jugado: 90 minutos en la femenina, 84 en la masculina, un 7% más en la femenina. Finalmente, tiros de esquina: 12 en la femenina, y 14 en la masculina, un 17% más a favor de los hombres.

Como podría permear esta cultura de un futbol más limpio a los hombres? Difícil saberlo, pero quizá un camino sean los medios. De acuerdo con cifras de TV, la final femenina fue vista por el 8.6% de los hogares estadounidenses. El siguiente programa más visto la misma semana obtuvo un 4%. Esto significa que el fútbol femenino tiene el potencial de convertirse en un fenómeno de masas en los EEUU, y por ende convertirse en un fenómeno de medios a nivel mundial. No faltaran las series de TV, los comerciales, las películas. Quizá la fuerza del mercado gringo pueda además quebrar el anacronismo de la FIFA y de una buena vez incorporar toda la tecnología que se ve en otros deportes, especialmente aquella dirigida a ayudar a los jueces a tomar decisiones más informadas.

Con esto, podríamos en algunos años ver el surgimiento de una contracultura en términos de fútbol. Muy necesaria si queremos que este deporte vuelva a ser un espectáculo para todos.

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