sábado, 28 de agosto de 2010

Kurzarbeit

(El Mundo, Septiembre 2 de 2010; La Patria, Septiembre 6 de 2010)

Mucho se habla por estos días de la necesidad de reformar los impuestos al trabajo, los cuales se consideran la gran distorsión, el gran impedimento, para un mercado laboral más dinámico en Colombia. La idea es que una vez eliminados tales impuestos los empresarios tendrán más incentivos a contratar. Se afirma también que el salario mínimo es excesivamente alto y que está muy por encima de la productividad de los trabajadores colombianos. Pero pensar que una política de reducción del salario mínimo es viable, es ingenuo.

Los grandes afectados por estos impuestos son aquellos que apenas entran al mercado laboral (los jóvenes) o aquellos con poca educación y por ende con pocos conocimientos y habilidades. Todas estas reformas están bien fundamentadas y no cabe duda que es menester remover toda distorsión.

La crisis económica ha mostrado que la política laboral no solo debe concentrase en los jóvenes o los pocos educados. Cuando la actividad económica baja sustancialmente, los despidos también llegan para trabajadores educados y experimentados. Las consecuencias son más devastadoras para este segmento poblacional. No solo es más difícil encontrar un trabajo con las mismas condiciones, sino que dependiendo del tiempo de búsqueda, las consecuencias pueden extenderse al ámbito personal rápidamente: perdida de riqueza, perdida de autoestima, desintegración familiar, etc.

Ahora que el gobierno parece tener oídos abiertos a opciones de política en el mercado laboral, bien vale la pena resaltar una opción de política que ha probado ser muy efectiva para mantener en el puesto de trabajo a personas con educación y experiencia, en especial en épocas de recesión. Se llama el “Kurzarbeit” y es de origen alemán.

El programa consiste en un subsidio a aquellas compañías que en lugar de despedir trabajadores, los conserven dentro de la nomina. Las compañías pueden legalmente elegir o bien reducir las horas diarias que necesitan del trabajador, o bien reducir el número de días que solicitan los servicios del trabajador. El tiempo no pagado por la empresa es parcialmente compensado por recursos gubernamentales. En últimas es un subsidio de desempleo sin perder el empleo. La idea es que una vez la economía se recupere, el trabajador vuelve a ser financiado 100 por ciento por la empresa.

En el peor momento de la recesión económica de 2009, Alemania logro mantener alrededor de 500,000 trabajadores en sus empleos gracias a este sistema, de acuerdo con la OECD. Alemania es además el país con la menor tasa de desempleo en el mundo desarrollado. Antes de la crisis el tiempo permitido era de 6 meses, ahora gracias a esta fue extendido dos años. El “Kurzarbeit” es una poderosa política para proteger a los trabajadores educados en épocas de turbulencia económica.

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