jueves, 5 de febrero de 2009

Salarios inflados: como entenderlos?

(La Patria, Marzo 2, 2009)
El diferencial de salarios entre profesionales y sectores es un tema recurrente en el análisis económico. La teoría predice que en competencia perfecta, el salario de un individuo refleja su productividad. De igual forma, la productividad esta explicada por las habilidades de cada individuo, bien sean en términos técnicos o en términos sociales.

La crisis del sistema financiero mundial ha volcado nuevamente la atención del público hacia los salarios pagados en este sector. Para el ciudadano del común, las cifras son simplemente astronómicas. Para las entidades del sector, los salarios se justifican porque “es lo que vale contratar y retener a las mentes financieras más brillantes”. La pregunta es entonces, son justificados los salarios de los banqueros o existe evidencia de que estos ganan en exceso?

Thomas Philippon y Ariell Resheff, profesores de finanzas de las Universidades de Nueva York y Virginia, respectivamente, han investigado el tema a profundidad en los Estados Unidos. Sus resultados, después de controlar por diferencias en educación y en riesgo, al igual que por las dinámicas cambiantes de los retornos a la educación propias de las profesiones involucradas, muestran que los salarios de los ejecutivos del sistema financiero son injustificadamente más altos, en al menos un 40%, que los de ejecutivos de la misma talla y habilidad.

Su análisis histórico, desde 1909 hasta 2006, muestra además que este excesivo margen podría estar asociado a cambios en la regulación del sector, épocas de menor regulación están asociadas a épocas de mayores salarios en este sector. La desregulación trajo consigo un incremento en el número de operaciones de “creatividad financiera”, es decir, valoración de nuevas empresas y de análisis de riesgo crediticio, que terminaron por incrementar la demanda e inflar los salarios aun más. Uno de los hechos más interesantes en esta investigación es la coincidencia entre el nivel de los salarios relativos (con respecto a las demás sectores de la economía) del sector financiero y las crisis de 1930-1993 y 2007-2008. Las crisis estallaron cuando los salarios del sector financiero estaban en sus puntos más altos.

Philippon y Resheff sugieren una interesante conclusión en materia de política pública y regulación. Dado el diferencial de salarios entre el regulador y el regulado, las entidades públicas regulatorias perdieron a sus mentes más brillantes, aquellos que tenían el capital humano para ejercer una regulación eficiente sobre el sector. Así las cosas, la crisis mundial del sistema financiero no es solo fruto de ideología, sino de física falta de capital humano en las entidades regulatorias.

Vale la pena entonces que en adelante las autoridades económicas se fijen más en las dinámicas salariales de ciertos sectores. Salarios excesivos en un sector pueden ser señal de problemas y no de éxito de la política económica.

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