lunes, 19 de diciembre de 2011

Los Fugees

(El Mundo, Enero 8 de 2012)


La historia de Luma Mufleh tiene muchas de las claves para superar el problema de la educación pública a nivel de primaria y secundaria. Luma migro a Estados Unidos como estudiante internacional, se graduó, consiguió trabajo y se dedico a su profesión. Un buen día, al regreso de su trabajo, vio unos niños jugando futbol en un barrio cualquiera.  Los niños no tenían zapatos, y jugaban con una bola de trapo. Pero lo que mas le llamo la atención fue la raza, definitivamente no eran parecidos a los otros niños del lugar. 

Movida por la curiosidad y su amor por el futbol, unas semanas después, regreso al barrio con un balón en la mano, y les propuso un negocio: “les regalo este balón si me dejan jugar con ustedes”. Los niños aceptaron gustosos. Pronto, paso de jugadora a entrenadora. Muy pronto también, aprendió que estos niños eran refugiados, desplazados mejor, de países africanos. Atendían escuelas publicas, pero su atraso educativo era evidente, lo que los hacia niños problema para el sector educativo tradicional. Aprendió, que además de afrontar necesidades básicas como hambre y falta de ropa, sus padres, menos educados que ellos, poco o nada podían hacer para ayudar con las tareas de la escuela. En resumen el futuro de estos niños sin Luma no era muy atractivo.

Con sus propios recursos, Luma patrocino el equipo de futbol, y le dio el nombre de Los Fugees (contracción informal de la palabra Refugee que significa refugiado en Ingles). Luego, decidió renunciar a su trabajo y dedicarse por completo a estos chicos, fundando en 2007 la Academia de Los Fugees. La Academia es una escuela donde ella, con otros voluntarios, se dedica a educar a estos chicos. En la actualidad 86 niños y niñas, de 10 a 18 años,  son parte de los equipos de futbol, y  36 acuden a la Academia como estudiantes regulares.

Como no hay plata para un bus escolar, los niños recorren 32 kilómetros diarios en bicicleta (16 en cada sentido) desde su barrio hasta el sitio de la Academia. Para evitar problemas de tráfico y riesgo de accidentes, los niños son escoltados por el jefe de la policía local. Quien a su vez, es un creyente total en la idea de Luma.

Luma no es una persona de dinero, como lo hace? Cien por ciento con donaciones. Ni un centavo de dinero publico. Y aquí esta la clave. La causa de Luma es cien por ciento local. Luma si recibe colaboración del gobierno, pero en forma de seguridad, no de dinero. Así, su causa no depende del vaivén político, de la ideología académica de turno, o de los otros mil males (desincentivos para usar una palabra más técnica) que el dinero publico trae consigo. Diez mil personas comprometidas como Luma serian la mejor política pública en educación primaria y secundaria que podría existir para niños con escasa oportunidades.  (Más sobre Luma en: http://www.fugeesfamily.org/index.htm)             

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